Una máxima que existe en el periodismo es que las excusas no se publican, a nadie le importa si el o la periodista estaba sin dormir cuando escribió el artículo. Cuando se gobierna tampoco.
Es decir, se puede comentar los sucesos que atravesaron tu gestión para poner en valor los logros que tuviste. Como por ejemplo, a pesar de las quichicientas tapas de Clarín el kirchnerismo terminó su mandato en tiempo, forma y con una plaza llena. Lo que no se puede hacer es justificar todas las malas decisiones por la pandemia, la guerra y la sequía.
Tenemos un gobierno lleno de justificaciones, de excusas. Que sorprende los esfuerzos que hace para alejar al militante. En otras palabras, hoy a Massa lo votan menos personas que en las PASO.
¿Por qué? ¿Por la guerra? No. Porque a horas de obtener el peor resultado histórico del peronismo decidió devaluar en un 25% el peso. Lo que se tradujo en un aumento mucho mayor de la carne, entre otros alimentos. En teoría, el FMI le pidió devaluar un 65% y Sergio se negó y propuso un 20%, desde el fondo le retrucaron que vaya al 40% y el candidato del oficialismo se clavó en 25%. Así lo vendió, como un triunfo.
Gracias a ello, el FMI largó 7.500 millones de dólares que en el mejor de los casos no se utilizarán para lo que establece el acuerdo sino para inyectar dinero en el ciudadano que no sólo la pasa mal sino que a fines políticos ni siquiera fue a votar.
El oficialismo es la única fuerza política por obvias razones que puede ejecutar obra pública. Gran ventaja. En el peor de los casos ese dinero tampoco se destinará a pagarle al fondo como es lo que establece el acuerdo sino que se fugará, como se fugaron las divisas durante todo el gobierno de Alberto. Una continuidad de su antecesor.
Es esperable y aconsejado que el Gobierno tome medidas para contener a la gente que se cae del barco con la devaluación, la promesa de dos medidas por día que se demora constantemente.
Si hace 15 días se hubiese implementado la suma fija, ya rendiría al menos 25 por ciento menos.
Desde que comenzó la semana se registraron algunos hechos a destacar, el primero son los saqueos a los que Anibal Fernández llamó robo en banda, y luego sentenció que están orquestados.
No existe saqueo que no sea en banda y que no este orquestado, Anibal es una sombra de quien supo ser, pero peor que el 9 que juega mal en un equipo de fútbol es el DT que lo pone.
Los saqueos suelen comenzar donde se los puede contener. No comenzaron en la parte más postergada de Florencio Varela sino en Mendoza. A ningún oficialismo le conviene que existan, cuando le pasó a Alfonsín fue el peronismo, cuando le pasó a De la Rúa fue el peronismo con Duhalde, cuando le pasa a este gobierno es que hay hambre. Seamos serios.
Quien va ganando y faltan 15 minutos para terminar el partido no tira piedras a la cancha, espera que el árbitro marque el final para festejar. No pareciera que Milei se va a tirar un tiro en el pie, que incluso Sergio Massa dijo que ayudó para que el FMI libere el dinero para Argentina, a diferencia de los economistas de JxC que piensan que cuanto peor mejor. Por un lado está eligiendo el enemigo, y por el otro deja una clave para el tema saqueos.
Quien puede pensar que cuanto peor mejor, quien hace campaña promoviendo el orden ante el caos. ¿Quién gobierna Mendoza? ¿A quién le sirve?
Rápidamente se puede contener porque nadie como el peronismo de Buenos Aires para apagar el fuego. Pero si es un llamado de atención. Se encendió un fósforo y si la cosa no sale como espera el poder real se puede venir el incendio.
Es alarmante que la respuesta política del gobierno sea esperar que Massa tenga que contener lo que sucede. El ex Intendente de Tigre habla con el FMI, con los supermercadistas chinos y si tiene tiempo es candidato. ¿Algo más? Alberto Fernández no está en el momento que tiene que estar, Cristina no está en el momento que tiene que estar, Rossi no está, Máximo no está, no está nadie.
No digan “pero los otros te organizan saqueos”, si, obviamente está Frankenstein y Drácula del otro lado pero Unión por la Patria no da dos pases seguidos. No se gana porque el otro es peor, eso es una verdad de perogrullo de la clase media que dice votar al mal menor para no hacerse cargo de lo que vota.
O de verdad piensan que Perón ganó porque era él o Branden. Ganó por las reformas que hizo desde la secretaría de trabajo.
Esta semana volvió a haber sesión en el congreso. Diputados aprobó una reforma en la Ley de alquileres que, a priori, difícilmente sea aprobada por el Senado. De igual manera un dato esclarecedor al respecto, la modificatoria obtuvo la media sanción gracias a 125 votos a favor y 112 en contra. Hubo 13 ausentes del Frente de Todos, sumado al diputado de Salta, Emiliano Estrada que asumió por el oficialismo y se abstuvo. Con lo cual, estaban los votos para que este proyecto no salga pero salió igual.
Después se ponen el peronómetro para buscar el voto. Así…es muy difícil