EL DÍA DEL BARRENDERO Y SU INDUDABLE VÍNCULO CON EL BARRIO

Se cumple una nueva jornada para reivindicar el trabajo de quienes con su trabajo hacen una Ciudad vivible, y recordar el origen de esta fecha.  La desaparición del cura y barrendero Mauricio Silva el 14 de junio de 1977, durante la última dictadura militar.

Mauricio Silva nació en Uruguay en 1925. Quizá haya heredado de su padre la aspiración de compartir su vida con los más pobres, lo cual se evidenció en su trato desde su niñez temprana. En 1942 ingresó en la Congregación de los Hermanos Salesianos del Uruguay. Estudió teología y fue ordenado sacerdote en Argentina en 1951.

Con la firme voluntad de servir a Cristo junto a los más humildes instaló su fraternidad en un conventillo que compartía con varias familias en la ciudad de Buenos Aires, mientras cumplía su sueño de dedicarse al mundo de los barrenderos; en 1973 recibió su nombramiento por la Dirección General de Limpieza de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.

Durante la dictadura militar fue consciente del peligro que corría por la represión que había golpeado a numerosos religiosos, pero prefirió no viajar al exterior por considerar que esta era una opción de privilegio.

Desde La Floresta publicaron la reconstrucción de los hechos: a las 8:30 hs del 14 de junio de 1977 fue subido a un Falcon mientras limpiaba, como todas las mañanas, en la intersección de las calles Magariños Cervantes y Terrero (otras fuentes mencionan que el hecho ocurrió en Segurola al 1000). Algunos testimonios afirman que fue llevado al centro de detención El Atlético y según rumores fue posteriormente trasladado a Campo de Mayo. Lo cierto es que nunca más se supo de él.

Mauricio Silva, quien partía todas la mañanas a realizar sus tareas desde el viejo corralón Municipal de Gaona y Gualeguaychú, finalmente logró el reconocimiento de la ciudad cuando en el año 2003 la Legislatura porteña votó la ley 1032, que designa al 14 de junio como el «Día del Barrendero».

Según los fundamentos de la ley, el interés en declarar el día del barrendero en coincidencia con la fecha de detención-desaparición del sacerdote barrendero «tiene el sentido de compromiso con la memoria, para que las nuevas generaciones retransmitan a las futuras la verdad de lo ocurrido y sientan la obligación de supervisar el cumplimiento de los Derechos Humanos».

Con el Golpe de Estado del año 1976, los militantes políticos y sociales pagaron un alto precio. Ya no había lugar para la participación popular, y mucho menos para la organización de los trabajadores. Fueron perseguidos. Sus casas fueron allanadas. Sus Unidades Básicas destruidas. Algunos logran sobrevivir y pueden salir del país. Otros corren una suerte más trágica:

En los primeros días de Mayo de 1977 Néstor Sammartino es secuestrado de su domicilio junto con su esposa.

Julio Goitía es llevado del Corralón de Floresta en su horario de trabajo.

El 14 de junio del mismo año mientras barre las calles del barrio secuestran al cura barrendero Mauricio Silva.