DE LOCOS Y PODER

“Los genios son buenos servidores y malos amos” canta el Indio Solari en un tema nunca editado en un disco pero que circula en grabaciones piratas de recitales. Es toda una definición porque indica que los mejores en algo no deben serlo en todo. Una cosa no implica la otra.

Los genios pueden saber mucho pero siempre asesorando, y no en la toma de decisiones. La calificación bueno o malo, a veces llega desde el lugar de quien prejuzga pero no en todos los casos.

Por ejemplo, se suele llamar “humilde” a la persona que se encuentra rondando la pobreza. No solamente por la terminología usada comúnmente sino que incluso es certificado de bondad. “Fulanito, que vive en tal barrio y que se toma dos colectivos para ir a trabajar dice que…” Y es una verdad revelada. Entonces Tevez habla de política y no es un argentino gorila sino que es el jugador del pueblo que rompe con “el discurso hegemónico que les hacen creer a los de abajo”. O el Dipy por caso…

El pobre facho o facho pobre, no es un sabio que dice lo que pasa realmente, sólo da su perspectiva. Una cosa no implica la otra.

Hace años se puso un nombre más bonito o menos doloroso para el sufriente, ya que no es lo mismo decir “me toman como el b… de la clase”, que decir “me hacen bullying», y por más que sea un anglicismo es correcta su utilización porque probablemente resulte más cómodo descansar sobre esa palabra todo el pesar que le genera la situación.

Es prioritario terminar con ese flagelo que padecen muchísimos chicos y chicas. Que después atraviesan el muchas veces inhóspito paso por el trajín diario donde el mundo se encarga de cerrarnos oportunidades. Hay que tener un aceitado lazo de comunicación, de amor, de ideales, para evitar caer en el desánimo generalizado. 

Cuando la contención se cae por su peso los padecientes son los amos.

Milei irrumpió una conferencia de su vocero, Adorni, y llamó “domado” a un periodista de la sala. Una terminología estudiantil, vacía, y que solamente podría ser festejada entre un grupito de compañeros de colegio.

Es necesario de aquí en adelante sostener que el pasado del Presidente y sus funcionarios no tape el bosque de sus políticas para no victimizar su lastimosa gestión. Una cosa no implica la otra.