Vivimos en un contexto dinámico. Así como el virus. Casi como la vida misma…Por eso, la coyuntura se vuelve atemporal. Vivimos en una pos posverdad. La posverdad el cuadrado.
Si posverdad es la distorsión deliberada de una realidad en la que los hechos objetivos tienen menos influencia que las apelaciones a las emociones y a las creencias personales, con el fin de crear o modelar a la opinión pública, la posverdad al cuadrado es la que esa distorsión puede ser anulada al instante por un hecho fáctico, que ahora se conoce gracias al avance digital.
La tecnología puede ser un arma o una herramienta, está claro. Habrá tiempo para mencionar que no todo lo que nos llega es verdad, pero cuando uno va en busca de la información y no al revés sucede algo curioso.
La noticia falsa siempre funcionó de la misma manera, una información probable (lo que no significa cierta) es difundida y las personas son las que la van dispersando.
Igual que el virus, es la gente la que lo disemina y muchas veces de manera involuntaria.
Ejemplo: si Nicolás es amigo mío, y a el le llegó una noticia que es falsa pero que goza de cierta probabilidad y la cree, cuando el me la envíe a mi, no solamente voy a pensar que la información es fidedigna porque tiene una probabilidad de serlo, sino que además pasó por el filtro de mi amigo Nicolás. Es decir, la confianza a la noticia es totalmente proporcional a la confianza que me genera Nicolás, mi fuente.
Esto es más viejo que el perejil. En la década del ´30, Natalio Botana dirigía el diario Crítica y decía “yo les ahorro al pueblo argentino tener que pensar, me lo deberían agradecer. Les doy la noticia ya masticada”.
Bueno, Botana tenía a su favor que manejaba un diario importante…y hace un tiempo trabajar en un medio hacía que tu palabra tenga un valor especial. Botana era un Nicolás multiplicado por mil, y para colmo él a diferencia de nuestra amigo lo hacía de manera consciente.
Pero Botana hoy hubiese tenido que enfrentarse a que lo publicado en su medio se viera desmentido en una fracción de segundo cuando se contraste lo que escribía en el diario con lo publicado en algún lugar del mundo.
La credibilidad de los medios no cayó porque ahora chequean menos la información, sino que ahora nos dimos cuenta que nunca chequearon bien.
El público cambió más que los medios que consumen y eso no lo pueden aceptar, y en lugar de modificarse, reinventarse y ser mejores dicen cosas como el periodismo está en decadencia, internet mató a los diarios. Eso sí es una noticia falsa.
El lunes pasado fue invitado a un programa de televisión el economista liberal, Javier Milei. Habló de lo nefasto que era darle importancia a los infectólogos, quien le crea reafirma el concepto de posverdad en estado puro, es decir confiar a una persona que distorsiona la verdad según sus criterios. Según Milei, la primer ministra alemana Angela Merkel denunció a los infectólogos por haber sembrado un pánico que nunca llegó a su país. Menos de 12 horas más tarde, llegó la noticia de que Merkel decidió confinar 640 mil personas por un rebrote surgido en un matadero de la ciudad de Gütersloh. Eso es posverdad al cuadrado en estado puro, es decir la posverdad de Milei hecha trizas.
Nada para acotar, a sacar del medio…
El coronavirus puso en jaque muchas polémicas, momento para reflotar cosas del pasado. El último fin de semana la nieta de Mirtha Legrand que conduce los almuerzos de su abuela invitó al Negro González Oro, Eduardo Feinmann, Baby Etchecopar, y Fernando Carnota. Si…demasiado potasio.
Etchecopar cumplió con el rol para el que fue invitado, y habló pestes de Cristina Kirchner, la comparó con una enfermedad, etc. No viene al caso replicar las heces que se le cayeron de la boca pero vale la pena mencionarlo al decir que hablaba de una mujer que dejó la primer magistratura hace 5 años. ¡Mirá si no va a ser atemporal!
La posverdad al cuadrado llegó para derribar a la posverdad, ahora la idiotez como dijo Serrat no tiene remedio. La única forma de derribarla es el sentido común.
Nuevamente, si el contexto es dinámico… la coyuntura es atemporal.