Veremos qué suerte corren los equipos argentinos que están disputando el Mundial de Clubes esta semana. Sin embargo, hay un dato extra futbolístico que resalta el mundo entero. La asistencia a los estadios de los hinchas argentinos.
A la noticia de que el café en Buenos Aires es más caro del que se puede comprar en París se le agrega que así y todo el café seguirá subiendo. Sobre llovido mojado.
La infusión es anecdótica porque lo importante es poder transpolar al costo del estilo de vida en nuestro país.
En abril los datos de tarjeta de crédito y turismo en el exterior estuvieron por encima de lo que recaudó el sistema energético. El superávit en el sector energético durante el primer cuatrimestre del año fue de 6 mil millones de dólares y lo que se fue en turismo 9 mil millones de dólares.
Cómo es posible que si el campo está liquidando, si podemos exportar energía, se ajustó en el Estado, se recortó en jubilaciones y salud, no se rechazaron DNU que pedían desde afuera para invertir, y así y todo el Gobierno pide préstamos.
¿Por dónde se va la plata?
Está claro que el tipo cantando una canción de Boca en el Miami Stadium no es el responsable pero sí explica que está sucediendo.
Se vuelve insostenible este modelo económico donde una semana en Punta Cana es más barata que en San Clemente.
No es por el club de los devaluadores, quizá sólo sea mejor no pedir más préstamos.
Pero allí el quid de la cuestión, el ministro Caputo no tiene otro plan más que el de endeudar al pueblo.
Si esta fuera la primera vez que lo hace uno podría creer que es una política de gobierno que cree correcta aunque fracase, pero viendo que ya terminó mal con Macri, el hecho de que la vuelva a hacer podría incurrir en una malicia que la justicia, ciega e imparcial, podría revisar el tema. Hoy está en cuestiones más importantes para que reine la paz en el pueblo, y para qué el barrio de Constitución vuelva a su habitual tranquilidad.
Malamente se lo llama timbero a Caputo. En la timba se gana y se pierde, el hecho de que sea ministro es que nunca pierde.
Puede que venga del mundo de los timberos, pero ahora es croupier.
Mientras la sangría de dólares persista no alcanza con tener vaca muerta, para muestra basta un botón, en el primer cuatrimestre del año nos comimos una vaca muerta y media en gastos en el exterior.
Probablemente la mayoría provenga del Presidente quien no descansó un segundo en usar millas con la nuestra.
Una editorial similar se escribió cuando la banda Coldplay agotó 10 estadios de River en el 2023. Ni antes ni después se vivió una coldplaymanía. Pero fue la muestra de que la maquinita trabajaba sin parar y el dinero se desvalorizaba mes a mes, si tenías un peso lo gastabas en lo que sea. Eso terminó mal.
Hoy la clase media alta, o alta, que no necesita los dólares para vivir sale a gastarlos porque sabe que este modelo no puede durar mucho. Y si deshacerse de los pesos en Argentina terminó mal, ¿Cómo creen que va a terminar deshacerse de dólares en el exterior?
De vuelta, más que del que lo gasta la culpa es del desastroso Gobierno nacional que fomenta que esto ocurra.
A esta altura, a menos de dos años de gobierno, Milei ya se endeudó más que Mauricio Macri. Un empréstito que aún no se pagó.
La idea de Caputo es doblemente mala, primero porque quiere vivir constantemente refinanciando deuda, pero además porque no lo hace para inyectarla a la producción nacional sino para el sector financiero.
Podremos saber cómo va a terminar, que no tendrá peso alguno en el futuro del ministro, que lo va a pagar el pueblo, lo que no sabemos es con qué lo va a pagar.
Hay más dudas que certezas. ¿Cuál será el primero de los recursos naturales que regalen?