RECORDAR

El día que une a los reyes Católicos, Colón, Franco, Yrigoyen, Cristina, y el clero en la historia. De festejar la hispanidad a la reflexión histórica y diálogo intercultural, un 12 de octubre con historia.

Desde el año 1917, por Decreto del entonces Presidente de la Nación Argentina, Hipólito Yrigoyen, se recordó esta fecha bajo el nombre «Día de la Raza».

El 3 de noviembre del 2010, Cristina Fernández promulgó con fuerza de Ley al proyecto por el cual se proponía cambiar la denominación de esa fecha por «Día de la Diversidad Cultural Americana». La iniciativa se concretó por medio del Decreto N° 1584/10. Este cambio radicó en que la división de la humanidad en «razas» carece de validez y que, además, esa categoría constituye una concepción político-social errónea y peyorativa; por lo tanto, su utilización sólo favorece reivindicaciones racistas.

A su vez, el Plan Nacional Contra la Discriminación estableció, entre sus prerrogativas, que el 12 de octubre sea un «día de reflexión histórica y diálogo intercultural». Esto implica dejar atrás la conmemoración de «la conquista» de América y el proceso que sólo valoró la cultura europea, para dar paso al análisis y a la valoración de la inmensa variedad de culturas que los pueblos indígenas y afrodescendientes han aportado y aportan a la construcción de la identidad.

«Descubrimiento de América» es como se denominó al acontecimiento histórico que comenzó el 12 de octubre de 1492, con la llegada de una expedición capitaneada por Cristóbal Colón por mandato de los reyes Isabel y Fernando de Castilla, la cual había partido del Puerto de Palos dos meses y nueve días antes y que, tras cruzar el océano Atlántico, llegó a una isla del continente americano, Guanahaní, a lo que creía que era la India.

Este acontecimiento constituye uno de los momentos fundamentales de la historia universal y representa el encuentro de dos mundos que habían evolucionado independientemente desde el origen de la humanidad,​ lo cual cambió el rumbo de la historia.

Un concepto erróneo, puesto que ya existían estas tierras y hablar de descubrir es desde el punto de vista dominador. El florentino Américo Vespucio (1451-1512) recorrió la costa norte de lo que hoy es América del Sur, los litorales de Brasil y el sur de la Patagonia, y se le considera el primer europeo en comprender y anunciar que esas tierras eran en realidad un nuevo continente; por este motivo, el cartógrafo Martín Waldseemüller les dio en su mapa de 1507 el nombre de América, que se usa desde entonces.

En la península ibérica la fecha elegida como símbolo del momento en la que España, a punto de concluir un proceso de construcción del Estado, inicia un período de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos. Algo similar al festejo del 9 de julio para nosotros, sólo que festejamos independizarnos de ellos, y ellos en tomarnos como colonias.

El festejo de la superioridad española fue utilizado a lo largo de su historia como símbolo a destacar durante el régimen franquista por ejemplo. Pero con el retorno de la democracia siguió, y sigue hasta la actualidad en donde la celebración incluye tradicionalmente un desfile militar al que asiste el rey, junto a la familia real, el presidente del Gobierno y otros altos representantes de todos los poderes del Estado,​ comprendiendo también los de las autonomías.

El 15 de diciembre de 1931, Ramiro de Maeztu, que había sido embajador de España en Argentina en 1928 y 1929, abrió la revista «Acción Española» con un artículo titulado «La Hispanidad», que se inicia así: “El 12 de octubre, mal titulado el Día de la Raza, deberá ser en lo sucesivo el Día de la Hispanidad’. Con estas palabras encabezaba su extraordinario del 12 de octubre último un modesto semanario de Buenos Aires, «El Eco de España». La palabra se debe a un sacerdote español que residió en Argentina, Don Zacarías de Vizcarra. La máxima autoridad de los católicos españoles, creado al año siguiente cardenal de la Iglesia de Roma, se convirtió también en apologista de la idea de la hispanidad defendida por Ramiro de Maeztu.

Lo curioso es que Navarra, el último reino anexado al Estado español en clara contraposición con la centralidad madrileña, tampoco festeja la “heroica gesta de la realeza”, sino el “Día de la Resistencia”. Desde 2017 en el Parlamento de Navarra se acordó que así sea.

En otros países del continente, como en Nicaragua, el 12 de octubre se conmemora el Día de la Resistencia Indígena, Negra y Popular. Una fecha en la que el país, de naturaleza multiétnica, recuerda el inicio de la lucha de los pueblos originarios contra la dominación colonial y la reivindicación de sus derechos ancestrales.

La jornada era anteriormente celebrada como “Día de la Hispanidad” y posteriormente “Día de la Raza”, pero en octubre de 2007 el Gobierno Sandinista presidido por Daniel Ortega acordó la sustitución por el actual nombre, como parte de las políticas de inclusión y restitución de derechos.

Para conmemorar la fecha, tradicionalmente se realizan diversos eventos como demostraciones musicales, ferias, bailes, declamaciones y degustaciones gastronómicas, que tienen como objetivo mantener vivo el patrimonio cultural de estos pueblos.

En Venezuela, la festividad originalmente conmemoraba el descubrimiento de América en los viajes de Cristóbal Colón, y fue declarada como festividad nacional bajo la denominación de «Día de la Raza». Pero este hecho no era del agrado de quienes consideraban que la festividad exaltaba el colonialismo en detrimento de la cultura y valores de los indígenas Amerindios.

La nueva festividad se proclamó para conmemorar la resistencia de los nativos americanos contra los conquistadores. Fue decretada de tal modo por el presidente Hugo Chávez y sancionada por la Asamblea Nacional de Venezuela como festividad en el decreto 2028, con fecha del 12 de octubre de 2002.

El uso del término «raza» fue descartado por razones científicas, políticas y culturales .El concepto tuvo lugar en el siglo XVIII. La discriminación racial residía en asociar determinadas características físicas a determinadas características culturales.