Si de un burro sólo se puede esperar una patada, que hay de un admirador de Margaret Thatcher.
Ya pasaron tres días desde el aniversario del conflicto bélico en las Malvinas.
El Comandante en Jefe tuvo un lapsus, habló más rápido de lo que pudo pensar.
Pero piensa mal y habla peor.
Lo ideológico primó por sobre lo que representa y formuló la proclama inglesa, la famosa autodeterminación de los pueblos.
«Si de soberanía sobre las Malvinas se trata, nosotros siempre dejamos claro que el voto más importante de todos es el que se hace con los pies. Anhelamos que los malvinenses decidan algún día votarnos con los pies a nosotros», dijo. «Por eso buscamos hacer de Argentina una potencia tal que ellos prefieran ser argentinos y ni siquiera haga falta usar la disuasión o el convencimiento para lograrlo».
Tres días pasaron. Ni una renuncia de un general, ni un pedido de desagravio, nada.
Toda la gesta de Malvinas se reduce al deseo que tenga una población que no es argentina, de querer serlo. Sin hacer nada para su convencimiento, sin poner una planta de YPF o educar con los dos idiomas en los colegios como se hizo en la época de Perón.
En Malvinas hay un gobierno de ocupación, ¿En qué cabeza cabe esperar que los delincuentes que entran a tu casa sean los que decidan si en realidad te pertenece?.
Los “malvinenses” son en su mayoría descendientes de británicos (aproximadamente el 70%). Otra parte de la población está formada por americanos (principalmente alrededor de 250 chilenos) y algunos individuos provenientes de Santa Elena y Tristán de Acuña, que han llegado a las islas en búsqueda de trabajo.
¿Por qué van a querer ser Argentinos?
Es suelo patrio, que alguna vez ocuparon los franceses que partieron del puerto de Saint-Malo en Francia (el gentilicio es Malouins y de ahí que se conozcan como Malvinas), después los piratas se disputaron con los franceses las Islas hasta que por el Tratado de Tordesillas ese territorio fue español y con la independencia liberamos toda tierra con dominio hispano. Desde ese momento las Malvinas fueron, son y serán Argentinas.
Los Ingleses a los cuales poco le importó todas las decisiones políticas que se realizaron, se manejan por fuera de la ley y ocuparon las islas, incluso hubo revueltas previo a la guerra en 1982 que estaría bueno que el Presidente las conozca, que de seguro ni las conoce porque peor que un provocador es quien tenga la jactancia de saber algo que desconoce. Esto no es twitter, quizá la oposición no se lo diga por temor, quizá las fuerzas no se la digan por tradición entreguista, pero el pueblo lo sabe, los jubilados lo saben y todos los miércoles se lo hacen saber.
En ese pedazo de tierra austral los piratas construyeron una fenomenal base militar y buena parte de la población son milicos, que se portaron mal obviamente, porque no es un premio ir a las Malvinas para los ingleses y porque además los consideran como ciudadanos de segunda categoría. Existe un fenómeno mundial que es odiar a los que odian quienes te ningunean pensando así que vas a ser como ellos. Es la clase media apoyando un gobierno que recorte derechos. Los “malvinenses” no quieren ser argentinos, hablar de autodeterminación es aceptar que no vas a hacer nada.
Preguntenle a la gente del Dombás si quieren ser ucraniana o rusa. Después de que el Holodomor pasará por Ucrania en 1932-1933, la cuenca del Donets quedó muy poco poblada y los gobernantes soviéticos trasladaron a miles de personas sin recursos de Rusia a ciudades del lugar.
¿Y ahora?
Están en Ucrania pero se sienten rusos. ¿Qué le va a decir a Zelensky? Ah, cierto que ya no son más amigos.
Los 12 de octubre España festeja el Día de la Hispanidad porque logró que siempre hubiera una parte de sus dominios en donde sea de día, por el cambio horario de los distintas colonias desparramadas por el mundo (desde la década del 80´es Día de la Fiesta Nacional). En la mayoría de los países de América latina se conoce como “Día de la Resistencia” o “Día de la Diversidad”. La historia es una sóla pero se cuenta desde donde uno decida pararse. Javier Milei no sorprende desde donde se para. Siempre dijo que los evasores, ladrones del fisco, eran unos héroes. Siempre fue admirador de Margaret Thatcher.