Una habilitación, o un buen pase en el fútbol, se da en gran porcentaje por el ejecutor pero también por el desmarque que realizó sin pelota el receptor. A fines de la década del ´90, Boca salia bicampeón de la mano de un Juan Román Riquelme inspirado, y mientras algunos ensalzaban la figura del 10 xeneize para decir que “le hace hacer goles hasta al burro de Palermo”, Carlos Bianchi bautizó a Martín como el “optimista del gol” porque siempre estaba donde pedía la jugada para que el pase recibido por Riquelme termine con un toque suyo dentro del arco rival.
Esto viene a colación de la política nacional porque para que algo suceda hay que ver lo que hace el oficialismo, que se lleva todas las cámaras, pero también la oposición, que juega sin ser visto o sin la pelota.
Existe un pensamiento colectivo acerca de que “algo va a ocurrir… o que está al caer que algo pase”.
Es que el oficialismo repite políticas de otros gobiernos que terminaron en un estallido. Mismo dentro del periodo macrista un funcionario dijo que nunca hubo un gobierno que finalizó su mandato haciendo lo que estaban haciendo.
Ahora, Milei dice llevar a cabo el ajuste más grande de la humanidad. Siendo que si él ganó significaba que el pueblo ya vivía un ajuste, si no fuese así hubiese ganado el oficialismo. ¿Para qué cambiar? No fue como en la elección del 2015, muy atípica y con gran condicionamiento tanto exterior (medios y agentes crediticios) como interior (crear las PASO y el internismo que vino de ello) cuando el pueblo eligió su suicidio, que a puras penas se pudo sortear los primeros dos años gracias al pucho de guita que había dejado la década anterior. Hoy la situación es distinta y no hay espalda que aguante.
¿Qué es lo que no cambió? Tanto en el gobierno macrista como en este están quienes posibilitan que sigan las recetas que otros Ejecutivos pagaron con su gestión, son los que no se ven, los necesarios para lograr el gol y la felicidad del pueblo: la oposición.
Pongamos por caso el Municipio de Moreno donde el peronismo gobierna desde 1983 con la excepción de principios de los ´90 cuando el intendente fue Anibal Asseff, en ese momento reconvertido en vecinalista, ya que también había sido el último interventor de la época militar diez años antes.
En Moreno cada diez años se suman 100 mil habitantes. Administrar una Ciudad tan grande es una complejidad en sí mismo pero a eso hay que sumarle que ya no está Anibal Asseff y que el candidato opositor es su hijo. Está claro que ningún político tiene el 100 por ciento de aceptación, y que si llegase a tener un nivel alto (cosa poco probable porque nunca pudo volver al cargo) no se pasa su capital directamente a su hijo. También se puede agregar que con un crecimiento tan grande en tan poco tiempo muchos de los votantes ni conocieron al Asseff que fue Intendente, y que muchos “derechosos” que lo bancaban fallecieron. Si no hay un cambio en la oposición, lo lógico es que no saquen más del 20 por ciento. Cosa que ocurre.
Si este razonamiento lo hacemos acá… ellos también lo hacen. Entonces hay un co-gobierno, un status quo de quienes gobiernan y quienes son oposición. Lo disruptivo en todo caso son los libertarios (que puntualmente en ese municipio está liderado por un ex candidato peronista) y la interna propia del espacio justicialista.
Volviendo al fútbol, si el otro equipo juega sin arquero vos no ponés los mejores delanteros. Si la oposición sabe que saca 20 por ciento y se presenta así, vos no ponés los mejores candidatos. Comienza un círculo vicioso de malos Intendentes y peores gestiones. Pero la oposición no quiere jugar ese partido.
Salgo de Moreno, y prescindo del espacio gobernante. En Nación, ¿la oposición quiere jugar el partido? Leopoldo Moreau ayer dijo sobre la visita de Milei a la Rural:“CONMOVEDORA COMPRENSIÓN de la Sociedad Rural Argentina. Mirá si la hubieran tenido con Arturo Illia derrocado por una conspiración ideada en la casa de Faustino Fano presidente de la SRA” ¿Esta es la oposición? ¿La que reivindica a comandos civiles golpistas de Perón?
No basta con criticar a los mismos, además de hablar contra Milei tiene que ser algo superador. Sino es quedarse en la cómoda. La oposición está cómoda.
Cuando vemos que prometen y ejecutan el ajuste, escuchamos dirigentes que apuntan a tener bronca a los votantes de Milei porque serían quienes lo bancan, cuando en realidad la bronca es con esos mismos dirigentes que son los que permiten que este Gobierno nos ajuste.
Una Senadora de la Nación mostró las amenazas que le llegaron a su celular por no dar quórum en la Ley Bases, y cuando se votó en particular se retiró del recinto permitiendo que el Presidente tenga facultades delegadas. ¿Pero los malos de la película son los repartidores de comida a domicilio que votan al peluca?.
Cuando gobernó Macri la oposición era Mena, Alberto Fernández, Moreau, y así fueron después como oficialismo. Cuando hablan del ajuste que hacen los libertarios no podemos olvidar que la oposición es desastrosa.
Un mal gobierno, como en el tango, se baila de a dos.