LA MENTIROSA CÁRCEL

Uno de los principios históricos del peronismo que bajó el actual Gobierno, quizá, relativizado en cuanto a la gestión diaria pero no por eso menos importante fue que pasamos de escuchar en el líder del movimiento que la verdadera política era la internacional, a que sea un aguantadero de los amigos del Presidente que no honran sus cargos.

La gestión de Santiago Cafiero como Jefe de Gabinete fue mala, sólo es posible no calificarla peor por la falta de memoria de quien no recuerde su lamentable accionar. 

Tironeado por otros sectores socios en la alianza, Alberto Fernández decidió correrlo de ese lugar a otro lado, y como si fuese un cargo decorativo lo nombró canciller.

Esto no es una crítica abierta a Cafiero, sino más bien la descripción de un Presidente que no sólo no le da prestigio a lo internacional, sino que de manera planificada cree en la subordinación nacional.

Es por eso que se esmera en presidir la Celac, la comunidad de Estados Latinoamericanos que menos gravita. Para tener una idea, derrocaron a Evo Morales mientras era su Presidente y su lugar fue ocupado por Jeannine Añez, la dictadora que se hizo con el poder en Bolivia.

La CELAC, bien gracias.

O se reúne con su amigo López Obrador de México, con el español Pedro Sánchez, el grupo de Puebla, etc, etc, etc.

Un día está con Rusia, al otro con Ucrania, después de dos notas en un medio echó a un canciller mientras estaba volando en un avión dirigiéndose a una comitiva. Pregunta qué tiene que hacer en el conflicto de la Franja de Gaza, convoca opinólogos para hablar de Venezuela y termina haciendo lo contrario a lo que le dicen para demostrar que a él “nadie le dice que tiene que hacer”.

Bien. Para entender ciertos fenómenos internacionales que tocan Argentina hay que abrir las ventanas al mundo.

Para entender porque hoy ser rebelde es ser de derecha, que haya cambiado el paradigma de jóvenes de izquierda que quieren cambiar al mundo para muchos años más tarde devenir en gerontes conservadores, lo que muchas veces pasaba, hasta el día de hoy cuando se reconocen como “políticamente incorrectos” a los pibes que hacen observaciones fachas. No hace falta más que prender las computadoras y ver lo que sucede afuera.

¿Es acaso Milei un fenómeno en sí mismo? ¿Si este personaje hubiese incursionado en la política en la década del 80´ hubiese tenido seguidores entre la juventud? Si su llegada tuviera que ver sólo con el deterioro de partidos tradicionales debería ser único en la región.

Pero no es así.

Nacido en 1981, un publicista irrumpió con fuerza sobre los liberales de la región. Supo acercarse a la política mediante un partido de izquierda, ligado al movimiento guerrillero que peleó en la guerra civil de su país, para luego formar un nuevo espacio que lo catapultó a la Presidencia. Su padre fue un líder religioso en su país y aún más importante un empresario poderoso. De hecho tiempo más tarde denunciaría al sello partidario de izquierda con el que comenzó en política, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), de haber sido cliente de su padre en la época de la guerra.

Por eso, cuando creó el partido Nuevas Ideas denunció a los espacios FMLN, y ARENA (de centroderecha) de ser corruptos.

Con la promesa de poner fin al bipartidismo asumió la presidencia Nayib Bukele. En el Ejecutivo, purgó la Corte Suprema y desplazó al fiscal general.

Todo eso lo logró teniendo un gran apoyo popular, y para llevar a cabo lucha la contra las Maras (temibles pandillas que cometen toda clase de delitos y parcelaron El Salvador en su lucha territorial) se implementó un estado de excepción que habilitó detenciones arbitrarias, extendió los plazos de prisión preventiva, redujo la edad de imputabilidad y aumentó las atribuciones de las fuerzas de seguridad.

Este concepto es el que se importa, y mantiene a algún desprevenido hablando de si está bien o no la planificación de un presidio referido a este tema.

Este cuentito busca hacernos dormir pero no es color de rosa. Se omite una parte trascendental. Bukele llegó al poder habiendo negociado una tregua con las tres principales pandillas del país, y es a principios del 2022 cuando, con un saldo de 80 muertos, se rompió la tregua y comenzó el estado de excepción. Nada de lucha contra las pandillas, son negocios.

Por el momento, lo muestran como un faro para la derecha dado el bienestar generado en las calles de su país. Lo que es verdad. Tanto como que en septiembre del 2016 cuando Bukele como alcalde por una fuerza de izquierda con la que arribó a la política visitó Washington D. C. sostuvo encuentros con la alcaldesa de la capital norteamericana Muriel Bowser (que es demócrata, en teoría de las chicas buenas) para implementar proyectos en conjunto. Proyectos que hoy están a la vista. En ese mismo viaje a Estados Unidos recibió las llaves de la ciudad Gaithersburg en Maryland, y la ciudad denominó el 11 de septiembre como el Día del alcalde Nayib Bukele.

Es raro lo de este Presidente porque probablemente esté vendiendo caro el bienestar actual, teniendo fuertes lazos con Estados Unidos, y reclutando un ejército de pandilleros dispuestos a negociar, una mano de obra barata. 

Hacía allí quieren ir muchos dirigentes, algunos sin obligaciones de gestión, en nuestro país. Usan de ejemplo El Salvador para decir lo que tendría que pasar en Rosario. Primero lo que pasa en la nación de centroamérica lejos de parecer el fín, se asemeja a un mientras tanto…

Ahora, ¿Nadie consultó qué pasó con los políticos que tranzaron con las maras previo a que suceda esta actualidad en El Salvador? ¿No se realiza un seguimiento para ver si, por caso en este ejemplo, los políticos que tranzaron con las maras son los mismos que eran clientes del padre de Bukele? No se investiga ni a la pata política, ni a la empresarial que va por las sombras financiando esos modelos.

Habría que empezar por ahí para hablar de Rosario. Antes de llenar de soldaditos las cárceles y dejar peces gordos en sus peceras. 

Pero hoy el gobierno está grogui, regala debates todos el tiempo y le entran, a tono con la editorial, todas las balas.

Si vieran más allá de su ombligo sabrían que la política más importante es la geopolítica y no la Albertencia.