Lo de llorar y recordar cosas agradables de los difuntos en sus funerales lo heredamos de la antigua Roma. Cuando en los Idus de Marzo, un grupo de senadores autoproclamados libertadores ajusticiaron a Julio Cesar, a quien llamaban el tirano, se realizó un gran funeral previo a que el novio de Cleopatra, según relató Shakespeare, se convirtiera en cenizas.
Fue Marco Antonio quien hizo los honores de hablar junto al cuerpo en su funeral, recordar sus virtudes, y mencionar la frase “fue su ambición el que terminó con su vida”. Una cadena extraña de palabras, sobretodo porque allí sabían bien lo que había ocurrido. De hecho, en su discurso Marco Antonio muestra una túnica llena de sangre, lo que probablemente fue un hecho teatral pero hacía las veces de la ropa que tenía puesta Julo Cesar cuando lo traicionaron.
Entonces, si todos sabían que lo habían matado porque el pueblo se quedó inmune al oir la frase es su ambición la que lo mató. “No su ambición no, ustedes”, podría haber dicho un romano. Pero no, todos allí habían sido convencidos de que quien estaban velando, era un dictador.
Porque está bien, uno podía reconocer que había anexado las galias a Roma y con ello la formación del imperio (de hecho Julio Cesar muere siendo Director Supremo, y recién es su sucesor quien toma el rango de Emperador). Pero bien muerto estaba porque era un dictador, o al menos, eso decían los libertarios senadores que prometían un bienestar económico.
La ambición es una palabra que dice mucho y poco a la vez. Todos podemos tenerla y para cosas distintas. ¿Cuál es la ambición del actual gobierno argentino?
Estas semanas las principales noticias tienen la palabra Alberto en sus títulos. Es la primera vez que la Libertad Avanza no marca la agenda del país, sin embargo, aunque debería ser esto beneficioso para el oficialismo y que continúe la faena del exgobernante no pueden con su genio.
Llegaron al poder siendo “incorrectos”, los que llaman la atención. Esta semana cuando la lógica indicaba no decir nada, o hacer referencia al Presidente mandato cumplido, salió el vocero presidencial a hacer un paso de comedia citando como efeméride el día del zurdo y obviando a Diego Maradona.
Por esos días, Milei organizó un encuentro que nos salió una buena suma, y más aún cuando no hay plata (ni la va a haber) para mostrarse con Yuyito González.
Alberto agradecido. Son el hambre y las ganas de comer, en un país donde el hambre está en aumento y la comida va al descenso.
¿Es que el gobierno no sabe hacer otra cosa que llamar la atención? Es decir, lo que fue funcional a nivel electoral, en realidad es lo único que hacen.
El general era un asiduo lector de Plutarco, quien para hablar del hecho sucedido que dio término con la vida del César relató una anécdota, dijo que “un vidente le había advertido del grave peligro que le amenazaba en los idus de marzo, y ese día cuando iba al Senado, Julio César encontró al vidente y riendo le dijo: «Los idus de marzo ya han llegado»; a lo que el vidente contestó compasivamente: «Sí, pero aún no han acabado»”.
Estamos surfeando y sufriendo los Idus libertarios, hay muchos que festejan por estar y hay que olvidar que también se va a acabar.