HABLAR NO ES COMUNICAR

Si bien a veces el periodista lo inserta como sinónimos en su texto, existe una gran diferencia entre hablar y comunicar.

Se puede hablar de relajamiento en la salud, y no comunicar que se le dará un refuerzo de 15.000 pesos para quienes perciban la AUH, beneficiarios de la Asignación Universal por Embarazo, titulares de Asignaciones Familiares, y monotributistas de las categorías más bajas.

¿Se entiende?

Lo primero no era importante, es si se quiere, un error no forzado que no cambiaba la ecuación. Lo segundo era importante.

Uno lo dijo, y el otro no lo comunicó Alberto Fernández en su discurso. Probablemente por un agotamiento, quizá por hablar con eufemismos y no decir Belocopitt busca la moneda a toda costa con cirugías menores que ocuparon las guardias de las clínicas de OSDE, y generalizó.

Algo así como si utilizara el plural y dijera “tenemos que hablar menos”, en lugar de decir “Alberto tiene que hablar menos”. Por no puntualizar en los miserables comete furcios.

Esto no es un problema siempre y cuando no seas Presidente. El mayor inconveniente de creer que hablas mucho porque lo haces bien siendo Presidente, es que por acción inversa puede haber quien se crea Presidente por hablar mucho.

Entonces alguien dirá que la Sputnik contiene veneno, y aquí podemos repudiar lo dicho por Carrió pero el Presidente no debe mencionarlo de forma graciosa sino hacerla responsable de sus palabras.

No hay llamamiento de atención a Patricia Bullrich que alegremente sentada en un estudio del canal de Macri dijo que para obtener las vacunas Pfizer podríamos haber entregado las Malvinas.

Para colmo se retomaron las negociaciones con la usurera firma norteamericana, y uno puede pensar que se cambió alguna cláusula, que la reunión con el representante de Biden que vino a la Argentina torció esa negociación. Se pueden pensar muchas cosas porque no se comunica. Pero Alberto Fernández si habla en una entrevista con Horacio Verbitsky a las pocas semanas de despedir a uno de los mejores sanitaristas que tuvimos llamado Ginés González García.

Hay pruebas sobradas del manejo de Vicentín, de Correo Argentino, de las detenciones arbitrarias, cómo puede ser que exista una inacción o una insuficiencia en la ejecución sobre esos temas.

¿Cómo puede darse una prórroga de 90 días en el tema hidrovía?

Es entendible la postura de los medios hegemónicos, lo que no es entendible es que el Gobierno popular elegido por la mayoría en primera vuelta le de tantas excusas a unos pocos.

No se comunica que Larreta vacunó a un porcentaje ínfimos de docentes, que las obras que la ministra de educación porteña, Soledad Acuña frenó en la escuela Jorge Donn, se están viniendo abajo. Pero se habla de presencialidad si o presencialidad no.

De hecho, el procurador general interino de la Nación Eduardo Casal se pronunció en contra del DNU que suspendió la presencialidad escolar. ¿Cómo puede ser que Casal sea procurador general?

¿Qué es de la vida de Stornelli? Hace dos días, diario Perfil tituló el fiscal procesado por participar de maniobras de extorsión en el marco de la causa de espionaje sospecha que el magistrado a cargo de dicha investigación pudo haber sido parte del armado de un caso en su contra.

Hace una semana el presidente de la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia, Leopoldo Moreau, dio una conferencia por el informe titulado “El Estado mafioso”.

En pocas palabras, los representantes del más alto nivel legislativo del país sentenciaron que en Argentina entre 2015 y 2019 hubo un «Estado paralelo, clandestino y secreto de espionaje ilegal, un plan sistemático de inteligencia ilegal cuyo objetivo era la extorsión y la persecución política» y pidió crear una comisión para investigar a los jueces, fiscales y miembros de la Corte que pudieron haberse apartado del Estado de Derecho.

El informe de 400 páginas detalla que los espías reportaban a la cabeza de la AFI (Gustavo Arribas y Silvia Majdalani), que era la que determinaba los blancos de estas tareas, una de estas células funcionaba en “La cueva”, en la calle Pilar 1460 primer piso B, Mataderos.

¿Qué más se necesita? Es un informe emitido desde el Congreso, no de 6-7-8, Brancatelli, o Pablo Echarri.

Para terminar el informe dice que este plan fue “diseñado con premeditación y alevosía y en concurso con los medios de comunicación hegemónicos y el Poder Judicial, avasallaron a cientos de ciudadanos».

Fue por eso que ADEPA, la organización que nuclea a los empresarios periodísticos, dijo que el informe era superficial y con conclusiones apresuradas. Es decir, no lo desmintió.

Es gravísimo institucionalmente, y salvo los que firmaron el informe ningún funcionario lo comunica. Y lo que no se comunica no existe.

Hablar es hilvanar palabras, y las palabras se las lleva el viento. Si no se comunica es seguro que otros lo van a hacer…. y ahí usted sabe que no hay alternancia política, son los mismos que conoce hace años.