GESTIÓN COMO RESPUESTA

Con la premisa de salir del edificio en busca del vecino, el titular de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, Alejandro Amor especificó el trabajo del organismo en la pandemia. Desde la asistencia en las villas hasta canalizar reclamos por delitos digitales, todo pasa por la entidad que se ofrece para ser parte del ambicioso proyecto de aportar la logística necesaria para contribuir al proceso de vacunación nacional.

¿Qué cambios sufrió la Defensoría con el comienzo de la pandemia?

A la sorpresa que nos generó cuando surgió tuvimos que responderle de forma rápida para acompañar las nuevas demandas del vecino. Puertas adentro de la casa, decidí un día antes de que el Presidente dictara la cuarentena, que los trabajadores y las trabajadoras tuvieran su notebook para poder canalizar y dar respuestas desde la casa. Se pudo hacer porque este organismo está digitalizado desde hace 5 años. Tomamos otro desafío, y fue que un pequeño grupo saliera con el objetivo de cuidar a los que nos cuidan.

Los hospitales…

Recorrimos todos los hospitales de la Ciudad de Buenos Aires, los hogares de ancianos y de niños, cementerios, el programa de atención Buenos Aires Presente, todos los lugares esenciales que mantuvieron continuidad en estos tiempos. Garantizamos los equipos de protección personal a todos los trabajadores y que de esta manera cumplieran con el protocolo sanitario. Contamos con donaciones de muchas personas que se comunicaban con nosotros, y en base a eso nos transformamos en un nexo necesario.

En el medio fuimos trabajando con el doctor Pablo Mazzoli (subcoordinador de Obras Sociales, PAMI y ANSES), con Livia Ritondo (subsecretaria de Derechos Sociales), con Christian Maini (titular de la Sub Conducción Ejecutiva de Descentralización), Carolina Arias (titular de la Subcoordinación Operativa de Seguridad Ciudadana y Violencia Institucional), entre otros actores de la Defensoría para conformar el comité de crisis en cada barrio popular, con ayuda de los curas villeros, el Estado nacional y el de la Ciudad de Buenos Aires. Era fundamental armar un plan de entrega de alimentos, de higiene y artículos de limpieza porque no se puede pedir a alguien que se lave las manos si no tiene con que.

No es ninguna novedad, pero lo consulto por la experiencia del trabajo realizado desde el organismo. ¿El COVID desnudó las desigualdades de la Ciudad?

Es un dato objetivo, todas las revistas especializadas hablan de las desigualdades sociales para saber los sectores donde el COVID entró con más dureza. Esto se da porque el hacinamiento produce una suba exponencial de casos. Una buena medida de la Ciudad fueron las Unidades Febriles de Urgencia, ya que al realizar los hisopados en las cercanías de los hospitales se evitó la acumulación de gente en las guardias y que la persona transite por todo el edificio esperando hacerse los estudios.

Fue un costoso y permanente esfuerzo equipar a todo el personal médico. Visitamos siete veces cada hospital porteño. La primera vacunación contra la gripe de intervención del Estado en la Ciudad de Buenos Aires la realizó la Defensoría del Pueblo en el Playón de Chacarita, ese día el Área de Salud Pública creyó que íbamos a utilizar 800 dosis, y con la llegada de gente de otros lugares llegamos a vacunar cerca de 3000 personas.

Fuera del tema pandemia, ¿Cuál fue el reclamo o denuncia más realizado por los porteños?

Al mismo tiempo la Defensoría siguió trabajando habitualmente en la recepción de reclamos. Por eso, reforzamos el área de salud mental. Al aislamiento inicial se agregó la preocupación económica. El sistema es sencillo, contamos con un número de whatsapp donde llamás y pedís turno para que te atienda un o una especialista.

Después aparecieron las consultas por el tema IFE, una herramienta del Estado que sostiene de manera fundamental a la sociedad y donde 9 millones de personas que estaban fuera del sistema hoy están en contacto a través de canales digitales. Hemos tenido reuniones con la Directora de ANSES, Fernanda Raverta y la del INSSPJ, Luana Volnovich, al respecto.

A eso se le sumaron otras cuestiones, como por ejemplo, las compras digitales. Comenzaron las denuncias que tenían que ver con que llegaban artefactos dañados, u otros productos al que habían pedido. Intervenimos en ello, al igual que con las empresas de servicios públicos que hacían facturas estimativas de consumo.

También han habido un mayor número de denuncia por robo de datos de las tarjetas, por ese motivo hemos hecho un convenio con el fiscal que interviene en delitos informáticos, y puntualmente una recomendación realizada al Banco Central, que es la autoridad de aplicación, para que cada vez que llegue una oferta diciendo que hay un crédito a disposición preaprobado no se pueda acceder a él sólo presionando un botón. Nuestro pedido es que se establezca un triple control, una vez presionado ese botón inicial no se dispare el crédito o la oferta del banco sino que al menos dos veces más tengan que volver a indicar de qué se trata, para que su aceptación sea de pleno entendimiento.

¿De qué manera acompañarán a la reactivación de diferentes sectores?

Ofrecemos la ayuda logística de todas las Defensorías del país para participar en el proceso de vacunación, sea cual fuera. Todos los días salimos a la calle para atender a la gente porque como el vecino no podía venir al edificio tomamos la decisión de que la entidad vaya al encuentro del vecino, para esto seguimos la recomendación de usar espacios públicos.

Al mismo tiempo seguimos haciendo testeos de la mano del Ministerio de Salud, pensamos que el Estado debe complementarse. Intervenimos evitando más de mil desalojos. No abandonamos el trabajo conjunto con la Legislatura, ni el relevamiento de gente en situación de calle.