Se utiliza el concepto jet lag para hablar de un desfase horario, un problema temporal del sueño que puede afectar a cualquier persona que atraviese rápidamente varios husos horarios. Comúnmente se da cuando uno viaja a un lugar donde anochece más temprano o más tarde.
En realidad, sucede que con tanta rapidez el malo pasa a ser bueno que (en realidad) no existe una verdad sólida. Y la única verdad es la realidad, ¿Pero cuál de ellas?.
¿La realidad que mostraba a Alberto respaldando a Lousteau en la 125?¿Alberto en papel prensa?¿Siendo armador de Randazzo?¿Diciendo que iba “a volver mujeres, digo mejores” el 10 de diciembre del 2019?¿El de Vicentín?¿El que le hizo la cama a Scioli mientras cenaba con él?.
¿Qué Massa? El funcionario de ANSES, el que quería barrer con los ñoquis de la Cámpora, el que fue a Davos, el superministro. De traidor a candidato sin escala, no hay estómago que aguante, ni realidad que lo soporte.
El macrismo no existe como tal, se le dice de esa manera pero en realidad es el antikirchnerismo.
El votante odia a Cristina, no milita a Macri y entender eso es clave. Porque se habla en CABA del voto útil para sacar el apellido Macri del medio. Craso error. Lousteau como Jorge Macri componen la fuerza antiK. El rulo con la lista llamada de los ex ministros que lidera él y lo sigue Ocaña, el bonaerense con su lista paladar negro. Son matices, cepas…
En el 2017, Elisa Carrió ganó las legislativas porteñas con el 54% y la reválida de esa elección fue la del 2021 donde Vidal no logró ese caudal y por ello, no tuvo espaldas para pedir la presidencia en Diputados. En el 2019 se comió una paliza en provincia y en el 2021, el PRO le dijo que no cumplió las expectativas, era obvio que su decisión iba a ser jugarse por la opción antik menos PRO.
En esa elección del 2021 el electorado ya eligió darle el visto bueno al macrismo pero no así a Macri. Es decir, si no es candidato ahora es porque perdería por segunda vez consecutiva y no porque se convirtiera en estadista. ¿Obvio? Entonces por qué la obstinación del porteño en decir “votemos a Lousteau para sacarlo a Macri” si en efecto aunque sin estar como candidato, de eso ya el tiempo se ocupó.
Es reavivar un debate ya dado, como si viviéramos dos veces el mismo tiempo. Ser parte de una interna ya dirimida, el jet lag del peronismo.
¿Qué podemos suponer que va a pasar de agosto a octubre? Si Lousteau gana la interna es improbable que los votos de Jorge Macri viren hacia Unión por Todos. Si las encuestas son veraces se impondría el ex Intendente de Vicente López y se abren dos cuestiones que no se invalidan entre sí. Uno de cada cuatro votantes de rulo pueden votar a Santoro, de darse ese traspaso Santoro se asegura salir segundo pero en balotaje. Una derrota digna diría un puma. Nadie salió campeón con derrotas digas.
En todo caso le iría mejor que a Lammens cuando fue candidato y por única vez desde el invento de la Ciudad la historia se resolvió en primera vuelta.
La segunda cuestión es el tono de la campaña. Mientras Jorge Macri va a ablandar su discurso para convencer a los tibios, Santoro va a endurecerse en búsqueda del voto menos anti K que optó por el rulo.
Si. De agosto a octubre la campaña será antiK. Gran desilusión para los compañeros que piensan que Santoro no es radical.
Lo mismo ocurrirá en Nación, donde si gana Bullrich va a dejar de endurecer su discurso para tender puentes con el larretismo mientras que Massa se endurecerá en el sentido de dejar el pasado atrás, una campaña propositiva ante un nuevo panorama para el país y demás sarasas para anular al Kirchnerismo.
En Provincia habrá que ver cómo terminan las internas de muchos distritos, el movimiento Evita contra el massismo en Morón, o contra el albertismo en San Martín, la cámpora contra el albertismo en Hurlingham, o la de Tigre, por ejemplo. Sin embargo, no es de esperar que Axel modifique en lo más mínimo su discurso.
Por el lado de Juntos, el aparato va con Larreta (candidatos más fuertes dentro de esa interna que además aseguran fiscalizar las comunas) pero Bullrich ganaría la interna. Artistas gráficos sobran, y ya están haciendo sus mejores collages para potenciar un corte de boleta que suele ser escaso en provincia, y más en las PASO.
La conurbanización de la política nacional implica que en el Gran Buenos Aires dejó de tener agenda propia para tener como ejes cuestiones que atañen al país. El vecino no vota por la apertura de tal fábrica, sino por el porcentaje de empleabilidad en la comuna, son dos formas distintas de ver la realidad. Una de las tantas…
La única verdad fue, es y será la realidad. Después definamos la que más nos conviene…