EL ENIGMA

Por sobre las libertades, supuestas, primó el individualismo que es en el fondo lo que propone Milei. De sus promesas de campaña, o lo que anuncia ahora previo a su asunción, hay dos posibilidades: o cumple lo que prometió o no lo cumple.

Si cumple lo prometido el pueblo argentino estará en un problema tan grande como el porcentaje de compatriotas que se volcó por él.

Ahora si no lo cumple, ¿Por qué sería?

La idea de que lo visite por la noche el fantasma de la navidad y decida dejar el ministerio de Salud, no sacar subsidios, dejar el ministerio de Educación, etc, etc. No parece una posibilidad.

Con lo cual me quedo con lo que dijo un votante libertario que estudia en una Universidad Nacional del conurbano, “No va a desfinanciar las universidades” ¿Por qué? “porque si eso ocurre ustedes van a salir a las calles”.

Es decir que el votante que buscó un cambio al peronismo quiere que el peronismo ponga el cuerpo para frenar la embestida de Milei.

Ese análisis sin mucho sentido seguramente sea cierto.

Todavía es una incertidumbre qué pasará en su gestión. Un outsider que siempre fue empleado del poder. ¿Podrá ser jefe? ¿Lo buscará? ¿Tendrá el poder?

Cerca, muy cerca, merodean los dueños del poder real. Macri si leyera a Haidegger creería que él es el amo, y el peluca el esclavo.

Está claro que la mayoría no lo hubiese elegido al gato y por eso no se presentó. Tampoco hubiese ganado el libertario en el balotaje sin el apoyo del ex presidente, la gente eligió eso.

Esa unión, el cogobierno, la grieta.

Era de imaginar que Massa en el gobierno plantearía su equipo de gestión relegando la gente referenciada con Cristina, y que iba a una unidad con otros espacios en rechazo a Macri. Por ejemplo, Massa presidente y Larreta en la oposición.

Bueno, más de un 55% de los votantes eligieron seguir con la grieta, que Macri esté en la rosada y culpar al kirchnerismo de no dejar gobernar cuando hace mal las cosas. Que no se quejen, ni digan que los cansa la grieta, o esas pavadas con las que se sienten seguros de repetir.

Milei ya lo dijo: va por cierre de canales estatales pero continúan las pautas (La Nación+ y C5N agradecidos).

En esa oposición ficticia que relataba estaba el larretismo. Hay un elefante que pasa por la habitación y que nadie habla de él. Es insoportablemente ineludible hablar de la falta de representatividad de ese sector.

Los indecisos, estaban bastante decididos a votar contra Massa. La neutralidad de la UCR quedó para un par de personas con olor a naftalina. Los radicales, los troskos, los que no se casan con nadie le dieron su voto en manada al presidente electo.

Muchos de los gobernadores, al igual que los intendentes, que demostraron su poder territorial en las PASO hicieron gala de un cortoplacismo arrollador. Detrás de la típica frase “esté quien esté, ellos no pierden nunca”. ¿De verdad creen que es lo mismo un gobierno de Massa que uno de Mieli? Pienso en Neuquén y Vaca Muerta. En la zona núcleo con la soja que deberá vender a China, de las empresas automotrices que tienen que meter autos en Brasil. La obra pública en lugares inhóspitos. Como la gente no vota gestión no se deben preocupar.

No es particularmente el caso de esta elección que se llegó con un 150 por ciento de inflación, hecho que no agota el análisis. Dado que en el 2017 se llegó pésimo económicamente y ganó el macrismo, y que los próximos 24 meses serán de alta inflación como dijo el Presidente electo, y que como viene la mano se va a imponer en el medio término. El electorado es ampliamente antiderechos, aunque sean los suyos, y vota en consecuencia a ello. No así del bolsillo.

Un enigma, un problema con varias posibles soluciones y todas malas.