Hace poco menos de dos meses que somos libres. Vos y yo, vivimos en plena libertad. Podemos cargar combustible con aumentos sí, pero libres al fin.
Si no tenemos auto, pagaremos más caro el transporte. La comida se vuelve inaccesible para muchos paladares. Pero es el precio de la libertad del Gobierno de Milei.
Ni hablar de que las cuotas escolares, de prepagas, de servicios esenciales como la electricidad, y también el gas son libres para aumentar de manera inconsulta.
Todo lo antes mencionado, eso que nos coloca la soga al cuello no necesitó de la aprobación del parlamento para ser una realidad.
¿Estás queriendo decir que lo del parlamento es una pantomima, burda, mientras nos ajustan por otro lado?
Si. Bueno, a medias. Porque la Ley Ómnibus también trae consigo otra serie de reformas que van en contra del pueblo. Pero si así no saliera ese caballo de Troya, el ajuste (como dijo el Diego) lo tenemos adentro.
Tanto para los que la ven, o dicen verla, como para los que no la vemos.
Es interesante lo que sucederá con el votante libertario, y aquí una salvedad, libertario no significa todo aquel que votó a Milei.
El libertario tiene poco menos de un 30 por ciento. El peluca es Presidente gracias al antiperonismo de radicales, y de macristas. También de Bregman y buena parte de la izquierda, esa que es capaz de decirle a Llaryora que se quejó de los “pituquitos de Recoleta” cuando ganó la gobernación en Córdoba pero que no tiene problemas en que sus diputados vayan a un departamento de Recoleta para hacer un dictamen “blue”.
Es elocuente la rusa, salvo cuando entra al cuarto oscuro.
“Blue” es la denominación que se utiliza para el dólar ilegal, entonces es como mencionan al dictamen que finalmente resolvió redactar el Gobierno, a gusto de sus aliados, y distinto al que aprobaron en Comisión los Diputados.
Las fuerzas del no cielo le dieron el 26 por ciento necesario para alzarse en el balotaje. Son capaces de pegarse un tiro en la pierna con tal que no gane el candidato que apoya el peronista, irrecuperables, no son compañeros de lucha equivocados que hay que salir a seducir. Hay que aprender que no todos son seducibles y que hacer un Frente con Todos no es una buena idea. Ahora, queda un 74 por ciento, que por cuestiones biológicas será aún mayor dentro de cuatro años pensando que 8 de cada 10 menores de 30 años votaron a Milei.
Ellos, que sólo tienen en la retina el fracaso de los últimos años y pocas cuentas que sostener van a comenzar a arrepentirse paulatinamente, y cuando lo hagan ahí tiene que estar el peronismo.
Caso contrario van a ser “apolíticos” sabiendo que eso significa votar a su verdugo.
Primero en un estadio de decepción pero sin querer reconocer el error, luego van a querer expulsar al que los engañó.
¿Imaginan que será con Sturzenegger, Caputo, el dueño de Tinder, el de Black Rock, los empresarios que se benefician con las medidas del Presidente o el mismísimo Javier Milei?
Milei tiene todos los números para que el pueblo desencantado (ese 30% del padrón, el resto vota a Frankenstein si dice odiar a Evita) lo quiera fuera del gobierno siendo el artífice de todos los males.
Bueno aquí intentamos pensar más allá de lo que vemos. Si bien el Javo se lo tendrá merecido parece ´naif´creer que no es utilizado como chivo expiatorio de los grandes capitales que hacen negocios con sus medidas.
Si hoy mismo (cosa que no sucedería) Milei se va odiado por grandísima parte de la sociedad el daño ya está hecho, y en gran parte, es irreparable.
Como De la Rúa, el tibio títere de los capitales foráneos, nunca pudo volver (a Dios gracias) a la política, sus interlocutores están hasta el día de hoy.
¿Vieron? Una editorial entera hablando de cómo estamos y ni nombré la Ley Ómnibus.