“Mientras te hace esperar para entrar en su despacho, él está apagando colillas de cigarrillo diseminadas en distintos ceniceros que tiene por su oficina”. Así lo describe a Santiago Caputo el libro El Monje escrito por Maia Jastreblansky.
La autora resalta que la formación política es básica, y luego de una breve militancia en el radicalismo se dedicó a aprender de las películas cómo se manejan los vínculos de poder.
Por eso lo de los puchos por todo el despacho, como si estuviese trabajando incansablemente para descubrir cómo transformar plomo en oro. O simular estar en una peli de Escobar Gaviria, el narco que anotaba los nombres de sus adversarios en una “libretita”, cuando el día del debate porteño asistió a acompañar al candidato Adorni, y no quería que le sacaran fotos en un lugar público por lo que decidió sacar foto y agarrarle despectivamente la credencial al fotógrafo de Tiempo Argentino que lo retrató.
De vínculo estrecho con la SIDE, y gran decisor del futuro de nuestro país era obvio que lo iban a querer fotografiar yendo a un lugar público. ¿No lo sabía?
Seguramente sí, pero como dice Maia en el libro su formación se basa en películas asique posiblemente haya buscado lo que sucedió.
Que el fotógrafo ni se tropiece en la calle porque todos los focos (acusadores) van a girar a la figura de Caputo. Que por hacerse el matón ahora tiene que velar por su seguridad.
La torpeza se le permite al poderoso cuando es impune.
Si tu Gobierno no puede comunicar ni un logro, sólo es motosierra, y así y todo su vocero tiene buena imagen sería coherente pasar inadvertido en un debate que lo tiene como protagonista.
Podría ridiculizar a los otros candidatos, sin embargo Caputo apareció para arruinarlo.
Si se lo mira con retrospectiva, como si fuese un recuerdo, uno podría divisar que el fracaso comenzó cuando paró una entrevista con Viale, o el fracaso comenzó cuando se mostró amenazante con un periodista, o el fracaso comenzó cuando…
Suma una torpeza tras otra. De igual manera él dice que cree que terminará mal para que el Gobierno termine bien. Me perdí la peli que pasó eso, pero seguro ustedes me podrán decir cuál fue.
Inclusive Milei ha cerrado discursos citando frases muy largas de películas, y sin decir que lo había sacado de un largometraje.
De hecho estas semanas se dio la rara condición de que se haya liberado restricciones que había para comprar dólares, lo que significa siempre una suba de la divisa como ocurrió en 2015 con Macri, que se fue de 9 a 13 pesos (él único que bajó fue el paralelo); pero en este caso la suba del dólar Banco Nación es ínfima y bajaron todos los dólares (bolsa, liquidación, paralelo), esto que se traduce como algo que vamos a pagar más adelante (ya son 700 los millones de dólares que se fueron del Central desde que llegó el préstamo) significará que la inflación se acumulará para más adelante. Y en lugar de buscar desviar el tema cuando eso explote lo hacen ahora cuando según su modo de ver la economía, las cosas andan bien.
¿Al Gobierno le sirve en este momento de supuesta bonanza, en sus términos, comenzar una guerra con el periodismo?
Da para pensar que La Libertad Avanza es esto, y nada más que esto. No desvían el tema cuando les va mal sino que lo hacen constantemente porque no saben gestionar de otra forma que no sea llamar la atención.
Si quieren ver películas o series hay algunas muy buenas en Argentina, ahora hasta Netflix sacó El Eternauta, protagonizada por Darín. No es woke ni nada de eso, porque Oesterheld lo escribió en 1957. Es más, dato para el Presi y Santi, el autor ni llegó a conocer esa palabra porque fue secuestrado y desaparecido al igual que sus hijas en la última dictadura militar.
Que aprenda más de Argentina que de las pelis de gangsters. Porque el tiempo lo va a mostrar como la caricatura que es.