El subte cumplió 103 años desde
su inauguración aquel 1 de diciembre de 1913, fue insignia de los
festejos que habían comenzado con la centuria de la nación, y el
primero en construirse en Latinoamérica.
Las obras comenzaron en 1911, con más de 1.500 hombres de la
Compañía de tranvías Anglo Argentina, que se dedicaron a la
construcción del túnel. Paralelamente, en Europa, empezaron a
fabricarse los coches.
Fue recién dos años más tarde cuando se inauguró el tramo Plaza de
Mayo - Plaza Miserere y en total transportó a más de 170.000
pasajeros. Un año más tarde, la linea A llegaba hasta Primera Junta.
Las doce ciudades del mundo, pioneras como la nuestra, fueron
Londres (1863), Atenas (1869), Estambul (1875), Viena (1893),
Budapest (1896), Glasgow (1897), París (1900), Boston (1901), Berlín
(1902), Nueva York (1904), Filadelfia (1907) y Hamburgo (1912).
Desde su creación la red de subterráneos ha ido cambiando través de
las décadas. Se crearon líneas nuevas (B,C,D,E y H) y se fueron
sumando estaciones hasta llegar a la configuración actual.
A principios del siglo XX, para construir la línea A, la más antigua
de la red, se cortó el tránsito íntegramente entre Plaza de Mayo y
Plaza Miserere.
Este método, denominado a cielo abierto, fue el primero en ser
implementado. Si bien es el más rápido y el más económico, tiene un
impacto muy negativo sobre la circulación vehicular, requiere romper
el pavimento para poder cavar los pozos, y afecta a los comerciantes
de la zona durante el período de ejecución de la obra.
Por eso, desde la década de 1930 se avanzó en otras técnicas menos
perturbadoras de la vida urbana.
Con el correr del tiempo, se implementó la variación cut and cover,
que trabaja por mitades: se corta parte de la calle, se cava el
pozo, se colocan los pilotes y, una vez que se construye la losa
superior, se reabre el tránsito y se trabaja del otro lado. Luego,
las obras continúan de forma subterránea, con escaso impacto en la
superficie.
Afortunadamente, el suelo de la ciudad presenta muy buenas
condiciones de estabilidad que facilitan la excavación, un trabajo
en el que se utiliza una gran cantidad de mano de mecanización
parcial, con herramientas neumáticas y máquinas excavadoras.
El arte se sumó al subte. Varias estaciones de distintas líneas
fueron intervenidas por artistas plásticos que pusieron su talento a
la vista de la gente. La red se transformó en una locación para
producciones fotográficas, publicidades, películas, acciones de
marketing y más.
Además, cada línea es identificable con un color y con algo
simbólico de los barrios que tiene en su recorrido.
El subte es un exponente del estirpe porteño, del arrabal, de las
salidas, de llegadas y de cultura. De viajes a lo largo de 103 años
de historia. Por eso, los gaceteros de Versailles decimos ¡Por
muchos más!