Si bien puede afectar a cualquier persona, los niños y mayores de 65
años son los grupos de riesgo. Se aconseja beber agua, estar a la
sombra y evitar el sol entre las 10 y las 17.
Ante las altas temperaturas, el
Ministerio de Salud de la Ciudad, recomienda tomar los cuidados
necesarios para prevenir el golpe de calor.
Los síntomas pueden ser náuseas, confusión, vértigo, dolor de
cabeza, convulsiones, piel enrojecida, respiración y pulso débil,
elevada temperatura corporal.
Si la persona sufre alguno de estos síntomas, es importante
trasladar al afectado a la sombra, a un lugar fresco y tranquilo.
Hacer que mantenga la cabeza un poco alta, e intentar refrescarlo
mojándole la ropa, aplicarle hielo en la cabeza. Darle de beber agua
fresca o un poco salada y solicitar ayuda médica.
En caso de urgencia llamar al 107 (SAME).
Las recomendaciones pueden ser reducir la actividad física, usar
ropa holgada, permanecer en espacios ventilados, evitar bebidas
alcohólicas o muy azucaradas, no comer pesado e ingerir frutas,
aumentar el consumo de líquido, no exponerse al sol.
Recordar que no existe un tratamiento farmacológico contra el Golpe
de Calor y sólo los métodos clásicos, citados arriba, pueden
prevenirlo y contrarrestarlo.
Con la llegada del verano, las personas estamos más expuestas al
sol. Por eso, es muy importante tomar ciertas precauciones.
Existe la idea equivocada de que el bronceado es saludable. Sin
embargo, la exposición solar, a través de las radiaciones
ultravioletas (UV), puede producir graves daños en la piel. Algunas
lesiones aparecen en forma inmediata, como las quemaduras y las
ampollas; otras –como el envejecimiento prematuro de la piel, las
manchas y hasta el cáncer de piel- se pueden presentar a lo largo de
los años, ya que los efectos nocivos de estas radiaciones se
acumulan en el tiempo.
Disfruta del aire libre sin exponerte al sol entre las 10 y las 17
horas, usando protector solar FPS 15 como mínimo, incluso los días
nublados, y aplicalo 30 minutos antes de exponerse al sol. Los niños
y bebés necesitan mayor protección.
Protegete con sombrero, ropa y anteojos.
Tené en cuenta que exponerse en
dosis pequeñas y frecuentes, broncea mejor que una exposición
prolongada y aislada. Buscá la sombra de un árbol, techo o
sombrilla.
Recordá que las nubes dejan pasar el sol, y que la arena, el agua y
la nieve aumentan su acción.
Para que la protección sea efectiva, el protector debe aplicarse
cada dos horas y después de cada baño, ya que pese a que se
presenten como resistentes al agua pierden sus propiedades.
Si está en la montaña, en el agua o navegando utilice cremas con
factor de protección mayor a FPS 30. Asegúrese de aplicarlo en forma
pareja en todas las áreas expuestas de su cuerpo; incluyendo orejas,
nuca y partes calvas de su cabeza.
Evite que su bebé esté expuesto a la radiación solar en forma
directa, y tenga mucho cuidado ya que el reflejo de los rayos en la
arena y en el agua pueden quemarle la piel aunque esté bajo una
sombrilla.
Los menores de 6 meses no deben exponerse al sol directo y no deben
utilizarse en ellos filtros solares.
La protección del sol debe realizarse desde el nacimiento y
continuar toda la vida por los efectos acumulativos.
En caso de detectar cambios en la piel, se recomienda realizar un
control dermatológico para la detección temprana de lesiones.
En los meses de verano, el sol, las altas temperaturas, la sequedad
del ambiente o el cloro de las piscinas pueden afectar la salud de
los ojos, por eso debemos extremar precauciones y tomar las medidas
de protección adecuadas.
Los procesos inflamatorios, como la conjuntivitis alérgica o
irritativa, aumentan su incidencia en los meses de calor. Las
radiaciones resultan dañinas para la córnea y el cristalino, además
los rayos ultravioleta inducen al envejecimiento de la piel y del
cristalino y pueden producir cataratas.
El cloro del agua de los natatorios o la sal del agua del mar puede
producir irritación, en tanto que la sequedad del ambiente (tanto
natural como por uso del aire acondicionado) provoca mayor
evaporación de la lágrima aumentando la sensación de ojo seco.
Para proteger los ojos podemos usar anteojos de sol, viseras o
sombreros, antiparras, protector solar con filtro UV.
En el caso de "ojo seco" debemos aumentar el parpadeo, en forma
consciente, y de ser necesario, usar lágrimas artificiales,
recetadas por el oftalmólogo. Es recomendable humidificar el
ambiente en caso de utilizar aire acondicionado.