El 11 de junio se conmemora el Día del Vecino evocando el
aniversario de la segunda fundación de la Ciudad de Buenos Aires. En
el año 1959 el Gobierno de la Ciudad estableció esa fecha. Desde
entonces es una jornada de alcance nacional.
Instituido por Romeo Raffo Bontá, quien desde la Asociación Vecinal
de Villa del Parque promovió cada año el festejo de este día. Más
adelante, en 1990 se instituyó por decreto el Día del Vecino
Participativo, que destaca el trabajo conjunto entre las
organizaciones barriales, los vecinos y el Estado.
La segunda fundación se dio cuando la corona española precisaba una
salida protegida hacia el océano Atlántico, por lo que necesitaban
repoblar Buenos Aires. El motivo de esta fundación queda explicado
por las palabras de Juan de Matienzo, oidor de la Audiencia de
Charcas, quien en 1566 mencionó la necesidad de abrir una puerta a
la tierra, es decir, darle una salida al Atlántico a todo el
territorio que existía desde Potosí hacia el sur.
La tarea fue encomendada a Juan de Garay, que partió desde Asunción
comandando una expedición de cien hombres, sesenta y tres de ellos
futuros pobladores que fueron favorecidos con la entrega de tierras
dentro y fuera de la ciudad y hoy inmortalizados en el nombre de
alguna de sus calles (Franco, Escobar, Vallejos, Pareja, Griveo).
Del antiguo fuerte no quedaban rastros, por lo que el 11 de junio de
1580 estableció la Ciudad de La Santísima Trinidad y Puerto de Santa
María del Buen Ayre, con el reparto de tierras entre él, su esposa y
sus 63 acompañantes mencionados más arriba, a los que también asignó
familias guaraníes, en un sitio presumiblemente cercano al de
Mendoza. En esta ocasión los nativos querandíes, comandados por
Tububá, fueron diezmados hasta exterminar su cultura.
La zona contaba con importantes defensas naturales, las aguas poco
profundas hacia el estuario del Río de la Plata no permitían la
llegada directa de naves enemigas, mientras que las barrancas que
bordean el territorio entre el Riachuelo y el Arroyo Maldonado
permitían controlar a quienes se acercaban por el río. A pesar de
esto, la ciudad permanecía constantemente en alerta durante los
primeros años de su formación, ya que los piratas ingleses y
flamencos solían navegar la zona. A principios del siglo XVII la
ciudad estaba constituida por el fuerte, tres conventos y varias
casas de barro y paja, y existía un régimen disciplinario estricto
por el cual los habitantes estaban obligados a tener armas y nadie
podía ausentarse sin permiso del gobernador.
El nuevo poblado estaba constituido por 250 manzanas rectangulares
con la típica distribución en damero tal cual aún se puede apreciar
en el casco y núcleo histórico de esta ciudad, cubriendo la
superficie delimitada por las actuales calles Balcarce - 25 de Mayo
hasta la Av. Independencia, y por las calles Salta - Libertad hasta
la Avenida Córdoba. También se consideran como límites el Zanjón de
Granados al sur, que desembocaba por la actual calle Chile; la
orilla del Río de la Plata al este; las actuales calles Salta y
Libertad al oeste; y el Zanjón de Matorras hacia el norte, que
desaguaba en el río por donde corre la calle Viamonte y el pasaje
Tres Sargentos.
Al momento de la fundación de la nueva ciudad, Garay instituyó el
Cabildo de Buenos Aires, institución que inicialmente fue un cabildo
colonial. También en el edificio del Cabildo de Buenos Aires
funcionó la Real Audiencia de Buenos Aires y la Cárcel de Buenos
Aires desde 1608.