27/07/2018

SE VIENE LA SEMANA DE LA LACTANCIA


Hospitales y centros de salud porteños realizarán actividades durante toda la semana. La leche materna es el único alimento que el bebé necesita hasta los 6 meses de edad, luego se van sumando progresivamente diferentes alimentos para complementar la lactancia materna hasta los dos años inclusive.

 


Es importante para el bebé porque es el alimento más completo y seguro, ya que tiene la composición justa para las diferentes etapas de su desarrollo. Aporta toda la energía y nutrientes que el niño necesita en sus primeros meses de vida y es de fácil digestibilidad para el bebé.

Además, protege inmunológicamente; ya que rara vez el bebé amamantado presente enfermedades infecciosas y crónicas, digestivas, respiratorias, otitis o alergias. Además, ayuda a reducir la mortalidad del lactante por enfermedades frecuentes en la infancia tales como la neumonía y ayuda a una recuperación más rápida. Aporta protección contra diabetes, hipertensión e hipercolesterolemia.

Permite un mayor desarrollo intelectual, psicomotor, emocional y social.
También desarrollar una personalidad más segura e independiente, menor incidencia de desnutrición infantil, muerte súbita, procesos alérgicos y enfermedad celíaca, de problemas dentales y maloclusión.

En cuanto a la madre le aporta gran satisfacción emocional: sentimiento de autoestima y valoración de sí misma como mujer. Favorece el vínculo madre-hijo.

Disminución del riesgo de cáncer ovárico y mamario, recuperación física más rápida, mayor espacio entre embarazos, menor riesgo de padecer anemia, y de sufrir depresión posparto.

Los médicos recomiendan el vacío cuando retirás el bebé del pecho, podés lograrlo colocando un dedo limpio en la boca del bebé para que suelte suavemente el pezón; que elijas la posición que te resulte más cómoda, asegurando que tu bebé abra bien la boca y cubra toda o casi toda la areola con los labios.

En caso de que cause dolor comenzá a amamantar del pecho menos dolorido y en la posición en la que te duela menos; no disminuyas la duración de las mamadas; colocá unas gotas de leche sobre los pezones y dejá que se sequen al aire; exponé los pechos diariamente al aire y al sol; si el dolor persiste, consultá sin demora al médico.

Especialistas aconsejan que el pecho no tiene horarios fijos, que el bebé necesita abrazos, caricias, contacto y teta cada vez que lo pide. Buscá una posición cómoda, por ejemplo en un silla con mucho espacio a los costados y atrás, para poder colocar almohadas como apoyo para tu bebé y tus brazos. Elevar tus piernas también puede ayudarte.

Podés aprovechar la lactancia para mejorar tu alimentación. Incluí en tu dieta frutas, carnes, vegetales, cereales, legumbres, leche y derivados.

No es necesario esperar a que tu bebé llore. Cuanto más succione más leche vas a tener.
También es importante la hidratación. Tomá mucha agua, jugos de fruta naturales e infusiones.

Si tenés que salir durante algunas horas, es importante saber que la leche materna se puede conservar en un recipiente limpio y tapado:
- Hasta 8 horas a temperatura ambiente, en el lugar más fresco de la casa o del trabajo.
- Hasta 3 días en la heladera.
- Hasta 2 semanas en el congelador.
- Hasta 6 meses en un freezer.

Siempre entibiala a baño maría. Nunca la hiervas, ni calientes en microondas. Desechá los sobrantes de leche.

Creá un espacio de amamantamiento tranquilo y cómodo donde te sientas relajada. La teta es mucho más que el mejor alimento. Es placer, contacto, consuelo y comunicación.
 

Por Rodrigo Marcogliese

Fuente: GCBA

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