El título formateado con la escritura madrileña es porque los
argentinos cansados de que se queden con nuestras carnes, campos y
empresas, ahora apostamos por un “fútbol for export”. River venció a
Boca en la final de la Libertadores.
Fue quizá la final menos importante de la historia de la copa, puede
ser que justamente fue así por todo el caudal de horas televisivas
aportadas a generar la sensación de una final mundial entre estos
dos equipos de la capital de un país sudamericano.
El negocio pudo más, y la pelota rodó en la metrópoli de la que nos
independizamos. Todo fue una ironía, era como invitar al Rey español
a un festejo del Día de la Independencia.
Dicen los estudiosos del deporte que el evento deportivo peor
organizado fue el de los Juegos Olímpicos de 1900 en París. Para que
se den una idea, mientras actualmente no duran más de 18 días esos
JJOO duraron del 24 de mayo al 14 de octubre. Iban improvisando
sobre la marcha.
Seguramente esta copa ingresará en los manuales de los peores
eventos organizados del mundo. Primero una pésima intervención del
VAR y una escandalosa manera de dirigir por el referato dejó en la
final a los dos clubes más grandes de la Argentina.
Desde este año, la copa se extendió durante todo el año a diferencia
de las anteriores que sólo abarcaban el primer semestre.
Muchas veces los porteños escuchamos que comparaban a Buenos Aires
con la “ciudad luz” por su arquitectura de vanguardia pero nunca por
la mala organización. Dicen los que saben, que en la Maratón de esos
JJOO en París hubo quienes corrieron más metros que otros ya que
tomaron otros caminos debido a la mala señalización, e inclusive
algunos nunca llegaron (cuando se los buscó y ya se habían vuelto a
su país)
En esta Ciudad y 118 años más tarde la policía tampoco entiende la
señalización y envía a un micro visitante por una zona llena de
hinchas contrarios.
Párrafo aparte para estos hinchas, que ni siquiera son barras. No
pueden hacerse los otarios desde las pantallas, y las cadenas
deportivas, en estos momentos. Le dieron entidad a los nadies,
crearon un monstruo que se jactan de no saber parar. Desde hace un
tiempo, los periodistas encontraron un suplemento fantástico para su
dañado ego y pensaron en hablar de fútbol sin futbolistas. Debieron
de sentirse superpoderosos por prescindir de los protagonistas y
demagógicamente darle el trato preferencial a los hinchas. De esta
manera el fanático está agradecido, se menosprecia al jugador, y el
periodista encuentra una forma efectiva de continuar su trabajo.
El problema es cuando estos hinchas creen tener derecho a todo... y
verdaderamente lo tienen. Cumplieron su cometido. Fueron los
protagonistas. Suspendieron el partido, y una semana más tarde
encontraron al hombre que presuntamente tiró una piedra desde una
esquina. Todo muy anormal.
Los políticos no se quedaron atrás, y para estar a tono con lo que
sucedía fueron igual de desastrosos. El Presidente del país,
apareció sin ser llamado y pifió todos sus pronósticos: el partido
de vuelta no sólo no se jugó con hinchas visitantes en el
Monumental, sino que se mudó de país. Los Presidentes de los clubes
desafinaron todo el tiempo en la orquesta que dirigió un Presidente
de Conmebol, que pasará a la historia como uno de los peores de la
historia.
El partido lo ganó River 3 a 1 luego de empezar perdiendo con Boca,
y fue así como se quedó con la copa LIBERTADORES DE AMÉRICA
disputada en Madrid. Posiblemente, como los JJOO de 1900 será la
peor de su clase.