Nuevamente tenemos sobre el tapete las noticias de inseguridad ahora
llegan de Flores, y Mataderos, pero sólo son casos que agrandan la
estadística desarrollada en este nota.
Lo sucedido con el niño en Flores y el joven en Mataderos, no
hicieron más que echar sal sobre una herida que tenemos los vecinos.
Aquella que arde mas cuando aparecen nuevas víctimas. La toma de la
comisaría en el barrio de Flores por parte de los vecinos, marca una
nueva tendencia. Ahora alejado de la ola de linchamientos, y
autodefensas, el pueblo exige soluciones a quienes deben velar por
su seguridad: la policía.
En mataderos se sabe que Jonathan recibió un impacto de bala en el
tórax, pero se desconoce de que arma llegó el disparo. Si fue de la
del ladrón, o la de un policía…
El resultado de una mala formación, y la puja por el control en la
fuerza de seguridad se cobró una víctima, y eso se suma a la larga
cantidad de homicidios que posibilitaron que lastimosamente Flores
tenga la tasa más alta del país, en crímenes.
Pero levantando la cabeza, y mirando al globo. Como estamos en este
marco de inseguridad, dónde se encuentran las respuestas a aquellas
preguntas que salen expulsadas de nuestras gargantas, como un
suplicio por llegar a una verdad negada.
El informe anual de OMS sobre violencia en el mundo muestra que
nuestra región tiene las tasas más altas de homicidio, relegando de
ese triste privilegio a países africanos, que las tenían hasta hace
muy poco.
Según ese organismo internacional, la tasa de homicidios regional se
traduce en 28,5 homicidios por 100.000 habitantes. La tasa
cuadruplica la del resto del mundo y es el doble que la de los
países en desarrollo de África.
Para ser justos, la situación de violencia (donde los países en
conflicto bélico no son tomados en cuenta) varía mucho entre unos y
otros dentro de la misma región.
Llama la atención que México, que por las noticias que llegan y por
datos anteriores es visto como uno de los más violentos de la
región, figura en el índice de la OMS con 24 homicidios cada 100.000
habitantes. Y de esa forma ocupa el lugar 34 en el mundo.
Por el contrario, los cinco países más seguros o con menos índice de
criminalidad de la región son:
Antigua y Barbuda, con una tasa de 4,4 muertos por cada 100.000
habitantes. Antigua y Barbuda es un grupo paradisíaco de islas
apiñadas en el Mar Caribe, ubicadas muy cerca de Las Antillas.
En segundo lugar quedó Chile, con una tasa de 4,6 homicidios por
cada 100.000 habitantes. Tercero se ubicó Cuba, con una tasa de 5
homicidios. En cuarto lugar quedó la Argentina con un promedio de 6
homicidios cada 100.000, y en quinto lugar Uruguay, con 7,5
asesinatos por cada 100.000 habitantes.
“La elevada tasa de homicidios en América Latina es debida a varios
factores: la desigualdad de los ingresos, una cultura machista donde
la aceptación de la violencia es más fuerte; la presencia de
numerosas armas de fuego, así como una presencia importante de droga
y consumo de alcohol”, explicó Etienne Krug, director del
departamento que se ocupa de la prevención de la violencia y los
traumatismos en la OMS.
La muerte por asesinato llega en la cuarta posición mundial después
del sida, los accidentes automovilísticos y el suicidio para las
personas que tienen entre 15 y 44 años, explica el documento de la
OMS.
En su libro “América Latina: crisis del posneoliberalismo y ascenso
de la nueva derecha”, el doctor en estudios Latinoamericanos,
Francisco López Segrera, añade al estudio los índices adjudicados
por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Esta región es la que mayor número de secuestros, y asesinatos tiene
en el mundo, dato que va en concordancia con lo difundido por la
Organización Mundial de la Salud.
El informe de la OMS también analiza la forma en que se produjeron
los homicidios, es decir, si fueron o no con arma de fuego. Es
resultado es por demás interesante.
En la Argentina el 65% de los crímenes fue por la utilización de
este tipo de armas.
En el país hay programas nacionales y provinciales destinados al
desarme. Desde la publicidad oficial se los presenta como exitosos;
sin embargo la cantidad de asesinatos realizados con armas de fuego,
la mayoría de ellas proveniente del circuito ilegal, demuestra que
aún falta mucho por hacer.
De hecho, investigaciones judiciales demuestran que una buena parte
de estas armas proceden de los propios depósitos judiciales que son
custodiados por la policía.
Los datos de la OMS coinciden prácticamente cien por ciento con los
difundidos por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el
Delito (UNODC). Allí también hubo pésimas noticias para América
Latina, que también figura como la región más violenta y tiene a
Honduras con la mayor tasa de homicidios en el planeta; dentro de la
región, Chile ocupa el último puesto en la lista, es decir cómo
menos violento, y la Argentina figura también en un privilegiado
cuarto puesto entre los países donde menos homicidios se cometen,
ratificando el relego de Uruguay al quinto puesto.
De acuerdo con ese estudio anual sobre el homicidio en el mundo, a
nivel de continentes América ocupa el primer lugar en muertes por
homicidio, con 157.000 fallecidos en el año analizado (36% del total
mundial). Le siguen África con 135.000, Asia con 122.000, Europa con
22.000 y Oceanía con 1.100, llevando el total global a 437.000.
El estudio define homicidio como el hecho de matar a alguien
intencionalmente y se propone informar dónde, cómo y con qué
intensidad ocurren los homicidios, y quiénes corren mayor riesgo,
para ayudar a desarrollar estrategias y políticas para protegerlos.
A nivel mundial, la tasa promedio de homicidios es de 6,2 por cada
100.000 habitantes –cifra similar a la de la Ciudad de Buenos Aires
según el estudio realizado desde la Corte Suprema de Justicia de la
Nación que encabezó Raúl Zaffaroni en el 2012–, pero el sur de
África y América Central tienen tasas cuatro veces más altas, de más
de 24 víctimas por cada 100.000 habitantes, seguidas por América del
Sur, África Central y el Caribe, con entre 16 y 23.
Durante el desarrollo de la Feria del Libro de Guadalajara, Raúl
Zaffaroni brindó una conferencia titulada “Los derechos humanos como
programa y realidad”. Allí, con otras palabras, describe el fenómeno
que en la Argentina y otros países de la región ocurre con los
medios de comunicación y con la forma de informar sobre los crímenes
en general.
El ex Juez de la Corte Suprema dijo “es cada vez más urgente
despertar del letargo televisivo. El panorama de letalidad violenta
de nuestra región representa un verdadero genocidio por goteo. De
los 23 países que en el mundo superan el índice anual de homicidios
de 20 por cada 100.000 habitantes, 18 se hallan en América Latina y
el Caribe y 5 en África”.
Y añadió “son varias las investigaciones locales que muestran que
esas tasas se concentran en nuestros barrios y asentamientos
precarios, como también que los homicidios allí cometidos son los
que presentan los porcentajes más altos de no esclarecimiento e
impunidad”.