La marcha 2000 de las “Madres de
Plaza de Mayo” tuvo lugar luego de las declaraciones del Presidente
Mauricio Macri, en donde se refirió como “guerra sucia” a lo vivido
en la última dictadura militar. Desconociendo así, el trabajo de las
organizaciones de derechos humanos.
Primero fue el llamado de los grupos concentrados de poder en
Argentina pidiendo que no “haya más venganza” con los genocidas de
la última dictadura cívico-militar, a tan sólo un día de la asunción
del Presidente Macri.
Luego fue el desfile en conmemoración al bicentenario de la
independencia nacional, que contó con la participación de militares
involucrados en el intento de golpes de Estado a la democracia
obtenida por el pueblo argentino, en 1987.
A este hecho le siguió la entrevista que brindó Macri a un medio de
Estados Unidos, en la cual describió a la titular de la fundación
“Madres…”, Hebe de Bonafini, como una “desquiciada”. También, dijo
no interesarle la discusión acerca del número de los desaparecidos
“si fueron 9.000 o 30.000”.
Según la Comisiòn Nacional sobre la Desaparición de Personas, creada
por el ex Presidente electo popularmente Raúl Alfonsín para
investigar las violaciones a los D.D.H.H. en la dictadura, el número
asciende a 30.000 personas.
En la misma nota, el mandatario argentino asegura que hubo una
“guerra sucia”. Idea que abona a la teorìa de los dos demonios en la
cual la culpa es compartida entre Estado y civiles. La gran
diferencia es que una función del Estado es proteger a los civiles y
al violar sus derechos, esto lo convierte en lesa humanidad.
En ese contexto, las Madres de Plaza de Mayo con Hebe de Bonafini a
la cabeza intentó marchar por el centro de la plaza ubicada frente a
la sede de Gobierno nacional como ya lo había hecho 1.999 veces.
Pero esta vez, la multitud de gente convocada en apoyo de estas
mujeres hizo imposible que eso sucediera.
Por eso, las Madres en vez de marchar por el centro (y rodear la
histórica pirámide de Mayo) le dieron la vuelta a la totalidad de la
plaza bajo el canto hecho carne en los presentes: “madres de la
plaza, el pueblo las abraza”.
La historia de estas marchas se remonta a 1977, cuando un policía se
acercó a ellas, y les indicó que no podían permanecer paradas que
“circulen”, un término usado en la jerga policial. Ese oficial, sin
saberlo estaba dando paso a una ronda habitual que llegó a su número
2000 el pasado jueves 11 de agosto.
Tras la asunción de Mauricio Macri, ya se les ha otorgado a 51
represores de la dictadura la prisión domiciliaria por tener más de
80 años, cuando el ex presidente Néstor Kirchner dictaminó que
quienes cumplen condena por secuestros y torturas deban permanecer
en cárceles comunes, tengan la edad que fuese.
“Hemos caminado mucho, pies ampollados y cansados, pero con qué
honor, compañeros, era por nuestros hijos”, dijo ese día De Bonafini.
En la actualidad, las “Madres” siguen luchando por justicia y los
D.D.H.H. no sólo por sus hijos, sino por la sociedad en su conjunto.
Los poderes fácticos, económicamente concentrados, y de medios
hegemónicos nacionales allanan el camino para denostar a la
fundación en su conjunto, con causas de malversación de fondos de
Bonafini. Dejando en un segundo plano el trabajo de concientización
que realizan las “Madres de Plaza de Mayo”.
Para cerrar, se vuelve más actual que nunca la frase del poeta
uruguayo Eduardo Galeano: “En la Argentina, ‘Las locas de Plaza de
Mayo’ serán un ejemplo de salud mental porque ellas se negaron a
olvidar en los tiempo de la amnesia obligatoria”.