06/07/2015
 

CON NUEVO NOMBRE


La Comuna 9 es la primera en la Ciudad en tener nombre propio, "Lisandro de la Torre". En diálogo con Carlos Carrejas representante de prensa de dicha Comuna, ampliamos los detalles.
 


“Todas las Comunas van a tener su nombre, y el Tribunal Superior de Justicia decidió rápidamente llevar a consulta popular la de los vecinos de Liniers, Mataderos y Parque Avellaneda. Un 79,11 % voto a favor de que se cambie el nombre".

¿Hubo cierta desinformación acerca de quien fue Lisandro de la Torre y sobre la consulta en el vecino?

El tema informativo se realizó en diferentes promociones respecto a la consulta en diferentes medios locales, zonales, de Liniers, Parque Avellaneda y Mataderos. También se hizo a través de medios partidarios que llegan directamente al vecino y fanáticos al deporte de la zona.
Nos remitimos a que casi el 80 % votó a favor, (casi 66 mil personas) un 20 % en contra y un uno y pico por ciento que optó por no participar.


¿Quién propuso que se llame así la Comuna?

Surgió de la Junta Comunal cuyo Presidente es Néstor Di Natale y a través de un proyecto traído por el FpV. Los 7 comuneros pusieron a consideración la propuesta, y elevaron a Lisandro de la Torre como el nombre elegido. Por eso rápidamente salió. Ya hay otras comunas que están teniendo las posibilidades de votar su nombre, y también lo van a llevar a consulta popular.
 

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Lisandro de la Torre (Rosario, 6 de diciembre de 1868 – Buenos Aires, 5 de enero de 1939) fue un político argentino. Se recibió de abogado en 1890, por la Universidad de Buenos Aires. Su tesis sobre régimen municipal, así como otros trabajos, lo llevaron a pensar la importancia de la autonomía municipal, la cual sería incluida recién en la reforma de la Constitución Argentina de 1994. En 1898 fundó el periódico La República.

“El peligro comunista es un pretexto, es el ropaje con que se visten los que saben que no pueden contar con las fuerzas populares para conservar el gobierno y se agarran del anticomunismo como una tabla de salvación. Bajo esa bandera se pueden cometer toda clase de excesos y quedarse con el gobierno sin votos. Yo soy un afiliado a la democracia liberal y progresista, que al proponerse disminuir las injusticias sociales trabaja contra la revolución comunista, mientras los reaccionarios trabajan a favor de ella con su incomprensión de las ideas y de los tiempos” .

Terminado el debate, De la Torre presentó su renuncia al Senado y se retiró a su casa de la calle Esmeralda 22, de la que sólo salía para brindar alguna conferencia o participar en homenajes a viejos amigos de ideas como Aníbal Ponce. En 1938, sus amigos le prepararon un cumpleaños sorpresa. De la Torre cumplía 70 años y se lo notaba muy apesadumbrado. Hacía pocos días había fallecido su madre y comenzaba a rondar por sus ideas el fantasma de Alem (suicidio). Lentamente, comenzó a despedirse de sus allegados y de sus cosas más queridas hasta que, al mediodía del 5 de enero de 1939, puso fin a su vida disparándose un balazo al corazón.

Junto a su cadáver se encontró una carta dirigida a sus amigos: “Les ruego que se hagan cargo de la cremación de mi cadáver. Deseo que no haya acompañamiento público ni ceremonia laica ni religiosa alguna. Mucha gente buena me respeta y me quiere y sentirá mi muerte. Eso me basta como recompensa. No debe darse una importancia excesiva al desenlace final de una vida. Si ustedes no lo desaprueban, desearía que mis cenizas fueran arrojadas al viento. Me parece una forma excelente de volver a la nada, confundiéndose con todo lo que muere en el Universo. Me autoriza a darles este encargo el afecto invariable que nos ha unido. Adiós”.

Por Rodrigo Marcogliese

Fuente: Felipe Pigna

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  16 de noviembre, "Día del vecino de Versailles" 

   

 

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