27/03/2020

Los problemas tienen el tamaño de quienes lo padecen


El titular de la Defensoría del Pueblo, Alejandro Amor, detalla el rol del organismo ante hechos tales como la suba de los créditos UVA, evitar los abusos tarifarios, o regular el valor de los planes de ahorro para sacar automóviles. Con la premisa de acercar y descentralizar la institución plantea su ambiciosa propuesta para que deje de haber gente durmiendo en las calles de la Ciudad.

 


Si pudiese volver al comienzo de su primera gestión ¿Pudo cumplir las primeras objetivos?


Las expectativas fueron absolutamente superadas, hay realidades de carácter nacional y de la Ciudad de Buenos Aires que además de lo que uno se plantea en su gestión, obligan a intervenir. El tema de las tarifas no estaba dentro de los ejes centrales de la Defensoría por ejemplo, porque de hecho no existían ese problema. Lleva al compromiso de muchos trabajadores de la casa. Por otro lado, cumplimos con objetivos importantes como la descentralización, hoy hay más de 41 sedes en el ámbito porteño, el desarrollo de relaciones en base a herramientas digitales, tenemos un contact center donde no atienden máquinas, sino personas. Pero necesitamos avanzar mucho más, estamos trabajando en el proceso de digitalización del organismo. Ese proceso al igual que las obras edilicias son diseñados por trabajadores de la casa, y eso es un orgullo.

¿Cuál es la impronta que quiere dejar en la Defensoría?


Básicamente nos pusimos como objetivo estar donde están los problemas, y los vecinos los tienen en su vida y no en este edificio. Lo que hacemos es salir a la calle. Diariamente la Defensoría está en distintos puntos de la Ciudad, y al mismo tiempo, hacemos guias para saber cómo se leen tarifas de servicios, por ejemplo. La mediación la tomamos como mecanismo de resolución de conflictos, es gratuita, voluntaria y lo acordado se convierte en Ley. De todas las mediaciones que llevamos realizadas hoy tenemos más del 95 por ciento de resolución positiva, y en eso hay un dato fundamental, si dos personas vienen a una mediación ya tienen deseo de acordar. Tenemos en claro que los problemas tienen el tamaño de quienes lo padecen, no de como lo vemos nosotros. Acá se reciben todas las denuncias y nunca se rechaza ninguna, es fundamental agotar todas las instancias si es necesario, incluida la judicial donde la Defensoría pone servicios de abogados del Estado para la defensa del vecino.

Además de estar al frente de la Defensoría de la Ciudad es Presidente de la Asociación de Defensores del Pueblo de la República Argentina, ¿Qué diferencias existen entre los reclamos de los vecinos en este distrito y los que realizan en el resto del país?


Este distrito cuenta con el PBI per cápita más alto del país y una capacidad recaudatoria superior a cualquier otro. De los ingresos que se perciben, un 70 por ciento son de Ingresos Brutos. Es muy alto, y no tiene que ver con una gestión en particular. Eso hace que uno tenga una mayor capacidad de respuestas. Al mismo tiempo al estar en la Ciudad con las cabeceras de muchas empresas nacionales, intervenimos o participamos en la interacción entre las Defensorías locales y las empresas.

¿Un ejemplo pueden ser los planes de ahorro de automotrices?


En Argentina hay un índice de morosidad de un 30 por ciento en ese tema. Naturalmente esos conflictos se resuelven en la Ciudad. Los planes de ahorro significan en las terminales automotrices una garantía de productividad muy importante, por eso es fundamental que continúen. Pero en el contexto en el que vivimos, con la variación de la cadena de valores hay que establecer un equilibrio porque hay muchos que se incorporaron al plan y tienen que dejar de pagarlo por el aumento desmedido de las unidades móviles.

¿En qué otros casos a escala nacional intercede la Defensoría?


Hay tres tipos de créditos: los hipotecarios, los personales y los prendarios. La normativa que se dictó en diciembre enviada por Alberto Fernández contempla los créditos hipotecarios, las defensorías queremos trabajar también con los prendarios y los personales. En especial en este último tipo porque por lo general no eran altos pero eran tomados por personas para cancelar un determinado número de cuotas de gas o luz, por ejemplo. Más de 300 mil personas tienen ese crédito, si sumas a las 1.200.000 de los planes de ahorro que hablamos antes, y el conflicto que tuvimos con el aumento de tarifas te da un panorama de lo fundamental en la vida del vecino que es tener este organismo.

¿Cuál es el rol de los entes en relación a los abusos en los servicios?


Las empresas energéticas no hablan de las ganancias extraordinarias de estos años, existe un problema muy grande con los ENTES reguladores. El ente se creó como mecanismo de defensa de los usuarios cuando se privatizaron las empresas, pero es raro encontrar a alguien que asegure que un ente le resolvió algo. Por eso nosotros pedimos la intervención de todos los entes, y la designación de personas por concurso público para que vayan personas capacitadas, y no ex secretarios de energía que ahora pasan a controlar las concesiones que ellos mismos hicieron.

Existió el problema de los electrodependientes…


En octubre pedimos un plan de contingencia a las empresas para actuar en las épocas de mayor crisis. Planteamos la desdolarización de las tarifas, porque los salarios son en pesos y los insumos se comprar en pesos. Si es por una cuestión de adaptarnos a los valores internacionales les pido que cuando el barril de petróleo baje de precio en el mundo también lo hagan acá los combustibles. Terminemos con los privilegios.

¿El próximo desafío?


Hablamos con el Jefe de Gobierno y la Ministra de Desarrollo Social, no puede haber más personas en situación de calle en la Ciudad de Buenos Aires. Las personas en situación de calle tienen distintas razones, puede ser porque dejaron de pagar la pensión tras perder el empleo, o son personas que hace años viven en la calle por adicciones o algún cuadro psiquiátrico, hay menores, hay personas que viven en la Provincia de Buenos Aires y duermen de noche en la Ciudad para ahorrarse hasta 30 pasajes semanales en algunos casos, lo que significa mucha plata para esa persona. El Estado tiene capacidad para resolverlo, y uno ve que hay voluntad para hacerlo. Las personas tienen que tener un lugar digno para dormir, a mi me gusta tomar modelos del primer mundo para que no se crea que son modelos intervencionistas del Estado, por ejemplo en Manhattan hay edificios para personas en situación de calle, o en Berlín donde se tomó la decisión de que el Estado alquile departamentos para la gente sin techo. Son ejemplo de países capitalistas, desarrollados y de primer mundo.

 

Por Rodrigo Marcogliese

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