11/05/2017
PAÑUELOS EN EL ALMA
Una marcha multitudinaria, y el tratamiento de una Ley express fue
lo que se cosechó del odio que sembró la polémica decisión de
otorgarle un beneficio a genocidas por parte de la Corte Suprema.
Atrás quedaron los eruditos de las leyes que amparados en la letra
chica de los reglamentos quisieron justificar, lo injustificable:
darle un marco legal al 2x1 pedido por los genocidas.
El beneficio del 2x1 fue incorporado en la ley 24.390 sancionada en
noviembre de 1994 establecía en su artículo 7 que transcurrido el
plazo de dos años sin sentencia firme se debía computar doble cada
día de prisión preventiva.
Para poner un manto de moralidad, los justificadores seriales se
amparaban en que esta normativa era para solucionar los dilatados
tiempos judiciales, y responder a requerimientos de compromisos
internacionales en los que una persona no puede permanecer preso sin
tener una condena firme.
Ese disparate fue derogado en el 2001, sin embargo tres de los cinco
jueces de la Corte Suprema (Highton de Nolasco, Rosatti, Rosenkrantz)
fallaron en favor de que se le aplique el 2x1 al genocida Luis Muiña,
ya que este había solicitado el beneficio entre los años que regía
esa Ley y se adoptó la postura de juzgarlo con el reglamento penal
más benigno, es decir, concederle el 2x1.
El momento, la elección del caso, y el polémico fallo en tiempos
donde cada vez se les otorga más prisiones domiciliarias a
represores hizo insostenible la situación.
En un primer momento, el oficialismo que había intentado convertir
en jueces de la Corte a dos de los tres que votaron a favor en este
insensible fallo, mediante decreto de necesidad y urgencia (DNU), o
sea, incluir en el máximo tribunal de justicia y suponer cierta
libertad institucional avasallando al poder legislativo, ya que era
allí donde debían ingresar los pliegos, se desligó de esta sanción.
Llegó una semana más tarde las palabras en repudio del hecho por
parte del Presidente Macri, y antes que la gente se volcara
mayoritariamente en contra se intentó vincular a la gestión anterior
y a la virtud de la “independencia de poderes” por encima del total
desatino de la Corte Suprema. Cuestión que en justa medida el pueblo
le hizo notar.
No se trató de bandería política, sino que más de medio millón se
hizo presente en la Plaza de Mayo, y otros tantos en distintas
plazas del país para volver a decir “nunca más”. Nunca más a las
decisiones benévolas y arbitrarias de Jueces ante personas que se
tragaron la ilusión de una generación.
La masiva protesta exigió “la continuidad de las políticas de
Memoria, Verdad y Justicia”. Una impactante fotografía que
inmortalizó la movilización en Plaza de Mayo, tomada por un
fotoperiodista de la agencia francesa AFP se viralizó en la redes
sociales y emocionó a todos.
La foto muestra a miles de personas sosteniendo un pañuelo blanco en
representación de la lucha de Madres y Abuelas y como símbolo de
repudio al polémico fallo, formando un “mar de pañuelos”.
Eso sucedió tras el anuncio de Estela de Carlotto de levantar los
pañuelos que previamente se había pedido llevar a la convocatoria.
Previo a ello, Taty Almeida le cambió la letra a la popular canción
“madres de la plaza, el pueblo las abraza” y dijo que esa noche las
madres y abuelas abrazaban a todo el pueblo que pedía por memoria,
verdad, y justicia.
Por otra parte, en una reacción veloz el Senado sancionó por
unanimidad la Ley que limita la aplicación del polémico beneficio
del 2x1 a los culpables de delitos de lesa humanidad durante la
última dictadura militar.
La iniciativa fue aprobada por 56 votos a favor y ninguno en contra,
en una sesión convocada de urgencia luego de que en Diputados hayan
consensuado un proyecto el martes y esa misma noche lo aprobaron,
con el único voto en contra del diputado macrista de Salta, Alfredo
Olmedo.
El pueblo argentino aprobó un examen de memoria en este caso, y
expresó con firme convicción que hay lugares donde el conjunto de la
sociedad no quiere volver.
Por Rodrigo
Marcogliese
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