10/02/2017
CAMBIOS EN LA PRESTACIÓN DE SERVICIOS
Osvaldo Barreñada, secretario general de UTI, habló de la realidad
que viven los trabajadores del PAMI. Los empleados de la obra social
más grande de latinoamérica tienen voz en los cambios en
medicamentos a jubilados.
El 13 de mayo de 1971 se creó el Instituto Nacional de Servicios
Sociales para Jubilados y Pensionados. Pero se lo asocia rápidamente
al Programa de Asistencia Médica Integral (PAMI). La finalidad era
brindar atención médica, social y asistencial a una población
específica, los adultos mayores.
Aunque comenzó brindando sus servicios sólo en la Ciudad de Buenos
Aires, hoy está presente en todo el país, con más de 4.800.000
afiliados, entre jubilados y sus familiares a cargo, discapacitados,
pensionados y veteranos de Malvinas. Es decir, que es la obra social
más grande de latinoamérica.
Desde que se originó a la actualidad ha sufrido diversos embates
según fueron pasando los años, especialmente en la década del ´90
con la creación de la Administradora de Fondos de Jubilaciones y
Pensiones (AFJP), bajo el Gobierno de Carlos Menem.
Desde la Unión que nuclea a los trabajadores de ese instituto (UTI)
describen ese momento como “la más brutal de las demoliciones de la
institución, ya que por medio de las intervenciones y los
directorios puestos a dedo, se ha ido convirtiendo al PAMI de una
institución modelo en el mundo, en un emblema de la corrupción y la
incapacidad, cuyas víctimas visibles hemos sido, como siempre, los
jubilados que han visto decaer sus prestaciones hasta niveles
mínimos y los trabajadores, responsabilizados errónea y eternamente
por una sociedad desinformada”.
Lo que resaltan como corrupción e incapacidad se ve reflejado en el
procesamiento de muchos directivos del Instituto. A la vez, que con
claridad hablan de sociedad desinformada porque sin lugar a dudas en
la conducción de PAMI recae mucho poder y eso resulta pasar por
advertido en buena parte de la sociedad.
Por la dirección, entre interventores y presidentes pasaron, el
actual titular de la AFIP, Alberto Abad; el actual Jefe de Gobierno
de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta; Matilde Menéndez, Carlos y
Víctor Alderete, Antonio Maldonado; y la actual diputada porteña,
Graciela Ocaña, entre otros.
Indudablemente estar a cargo del Instituto, es una catapulta hacia
otro cargo gubernamental. Actualmente, el director ejecutivo es
Carlos Regazzoni.
Por una disposición suya, comenzó a regir una restricción en la
entrega de medicamentos gratuitos. La medida afecta a un millón y
medio de personas, y los motivos de la baja son que el beneficiario
cobre más de $8.500, o tenga una prepaga, más de un inmueble, o un
auto de menos de diez años de antigüedad.
En base a esto, el secretario general de UTI, Osvaldo Barreñada dijo
“cuando se cortan los derechos nunca estamos de acuerdo. Los logros
que se consiguen no se deben perder”, y añadió en el caso particular
de su gremio, “tenemos un convenio propio y lo vamos a defender a
rajatabla para que se cumpla y el trabajador esté lo mejor que
pueda. A Dios gracias, podemos decir que somos unos de los pocos que
hemos podido defender todos los puestos de trabajo”.
La Unión remarca como uno de los pilares de su gestión hacer
hincapié en la acción social, premisas primordiales que complementa
el eje esencial de la acción gremial como la defensa de los derechos
de los trabajadores afiliados a la entidad. “Porque las funciones
del gremio no sólo son las discusiones salariales, sino también
mejorar todas las condiciones laborales”, subrayó el titular de UTI.
La Unión de Trabajadores del Instituto Nacional de Servicios
Sociales para Jubilados y Pensionados, está encolumnado en la
central obrera madre.
El triunvirato que dirige la CGT anunció que marchará al Ministerio
de Producción, junto a gremios industriales, el 7 de marzo y que
parará y movilizará a fines del mismo mes como muestra del
descontento del movimiento obrero organizado con las diferentes
medidas del Gobierno y el rol empresario.
Osvaldo Barreñada opinó al respecto “pensamos cumplir lo dictado.
Marcharemos ese día acompañando al trabajador, no sólo del PAMI.
Porque más allá de si es buena o mala la relación con la dirección
del Instituto vamos a marchar y parar si la central así lo dice”.
En ese sentido, el gremio que representa lleva más de 30 años en la
defensa de los trabajadores de PAMI. De hecho, desde su sitio web
aseguran haber “resistido con movilizaciones, paros y denuncias, que
son nuestros legítimos instrumentos de protesta sobre los que
aparecen como salvadores de la patria y resultan ejercer su rapiña.
Contamos con innumerables victorias que han permitido evitar la
implementación de las redes prestacionales, o el gerenciamiento
prestacional”.
Para cerrar, Osvaldo Barreñada reflexionó acerca de este año que
recién comienza “creemos que este va a ser difícil, de discusión, y
esperamos que haya diálogo. Eso conlleva a dos partes y no un
discurso único. Se necesitará el consenso, y si el diálogo no existe
se llegarán a medidas de fuerza. La variable de ajuste no debe ser
el trabajador”.
Por Rodrigo
Marcogliese
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