Parafraseando a Daniel Passarella, en el fútbol argentino por el
momento la pelota no va moverse porque sigue sin haber acuerdo entre
los clubes y el Gobierno.
Turner y Fox pican en punta en materia de obtención de los derechos
de transmisión en el fútbol criollo, pero tras una serie de
reuniones las dirigencias de los equipos piden que para firmar se
les pague un monto adeudado en la actualidad. El último revés se dio
ayer cuando en la Casa Rosada volvió a caerse la negociación.
Este jueves 26 de enero había sido anunciado como el día en que, por
fin, el Gobierno y los dirigentes del fútbol argentino llegarían a
un acuerdo para que la pelota empiece a rodar en este 2017. Antes de
las 9:30, cuando un grupo de dirigentes encabezados por Armando
Pérez, titular del Comité de Regularización, ingresaron a la Casa
Rosada, se sabía que tal compromiso no llegaría.
El fuego cruzado entre ambas partes comenzó cuando desde el Gobierno
se anunció el acta de defunción de Fútbol Para Todos, una muerte
anunciada. Luego, llegó la protesta de los clubes que no aceptan
jugar una liga de elite (por encima de la primera división) sólo
para que empresas foráneas tengan mayor ingresos con la
retransmición mundial sin que los equipos argentinos saquen provecho
de ello.
El desembarco de Turner era un hecho, pero Marcelo Tinelli
representante de San Lorenzo metió la cuchara y acercó a ESPN. Hoy
quedaron en la nada los contratos con todas las empresas.
Contratos que subrayan en sus artículos que deben ser por cinco
años, es decir, seguirán rigiendo con un próximo Ejecutivo nacional.
En todo caso, si se deseara terminar con esa herencia que quedaría
se debería rescindir el contrato. He aquí el meollo de la cuestión,
si el Gobierno rescinde lo acordado en época K con Fútbol Para
todos, debe resarcir económicamente a los clubes de fútbol lo
acordado por diciembre, cuestión que se niega a hacer. Y los equipos
con San Lorenzo a la cabeza reclaman para poder poner la firma en un
nuevo contrato.
A esto lo siguió la conferencia de prensa hace unos días de Mauricio
Macri, dónde aseguró “el fútbol está en una crisis terminal, y veo
que sus dirigentes en vez de encarar el tema siguen tratando de
encontrar un atajo, un parche, y no toman las cosas con la
suficiente seriedad”.
Un sector encolumnado detrás de Daniel Angelici (Boca), en el que
aparecen Víctor Blanco (Racing), Hugo Moyano (Independiente) y los
representantes del Ascenso, llegó a la Casa de Gobierno con la
intención de que el Fútbol para Todos se renueve seis meses más y
negociar con tiempo la televisación privada del campeonato que
comience en junio.
Otro grupo liderado por Marcelo Tinelli (San Lorenzo), Rodolfo
D´Onofrio (River) y Nicolás Russo (Lanús) pretendía que esta crisis
se cierre cuanto antes y el desembarco privado se de ahora. Por el
lado del gobierno, estuvieron Fernando De Andreis, secretario
general de Presidencia, y Fernando Marín, titular de Fútbol para
Todos.
Armando Pérez aseguró que el Gobierno les pidió "la aprobación del
nuevo estatuto y la creación de la Superliga" para pagarles "los 350
millones de pesos que debe por diciembre" para que así el fútbol
vuelva en febrero.
Las reuniones seguirán pero parece difícil que el fútbol comience en
término, hay disputas entre clubes de primera división, y también
del ascenso. Cuestiones meramente políticas, y otras económicas. El
Gobierno le debe plata a los clubes de diciembre cuando terminó con
el FPT, la disyuntiva es: si primero firman un estatuto para cobrar
la plata; o primero cobrar la plata para firmar un nuevo estatuto.