La justicia le otorgó prisión domiciliaria al represor Eduardo
Cabanillas, jefe del Centro Clandestino de Detención "Automotores
Orletti".
La Sala de Feria de la Cámara de Casación argumentando problemas de
salud y edad avanzada permitió que el genocida (persona que aniquila
de manera sistemática e intencional a un grupo social) termine sus
días en su domicilio.
A modo de repaso, Eduardo Cabanillas es el hijo de Héctor quien
dirigió el secuestro y enterró en Milán el cadáver de Eva Perón,
bajo otro nombre. El represor Eduardo cumplió funciones como capitán
destinado en la SIDE para controlar “El Jardín”, más conocido como
“Automotores Orletti”. Cuando se lo destituyó (junio de 1999) era el
Jefe Segundo del Cuerpo del Ejército en Rosario.
Fue condenado el 31 de abril del 2011 junto a otros represores, pero
fue el único condenado a prisión perpetua habiéndose hallado
culpable de cinco homicidios, y 29 secuestros. De su autoría fue el
hecho llamado “los cinco tambores del Río Luján”, se trató de cinco
prisioneros arrojados en recipientes al río Luján en octubre de
1976, e identificados en 1989. Una de las víctimas fue una mujer
embarazada de nueve meses con un disparo en su panza.
Por eso, la comunera Cynthia Salama expresó su repudio y presentó
ante la Comuna un pedido para declarar “persona no grata” al
represor.
“Creemos que esto representa un gravísimo retroceso en las políticas
de Derechos Humanos que llevaron adelante los Gobiernos de Néstor y
Cristina Fernández de Kirchner, y volvemos a exigir cárcel común,
perpetua, y efectiva, para todos los genocidas de la última
dictadura cívico militar”, expresó la juntista. Cabe decir, que el
proyecto no se aprobó ya que no acompañaron las otras fuerzas
políticas en la Comuna.
Cubanillas es uno de los 50 represores a los cuales se les otorgó la
pena de prisión domiciliaria desde el cambio de Gobierno. Además,
desde abril el ministro de Defensa, el radical Julio Martínez,
habilitó que los presos de lesa humanidad puedan volver a ser
atendidos en hospitales militares.