La Legislatura aprobó el registro único de obras paralizadas en la
Ciudad con el objetivo de que pueda destinarse a la construcción de
viviendas o espacio público.
"Es de vital importancia determinar y administrar aquellas
propiedades y terrenos considerados vacantes, ociosos o de
construcciones paralizadas para que puedan ser destinados a
garantizar el acceso a la vivienda y al espacio público de los que
habitan y transitan la Ciudad", sostuvo la autora del proyecto María
Rosa Muiños (foto).
Y agregó "Resulta fundamental la existencia de un Registro en forma
abierta y permanente porque permite a la Ciudad contar con un mapa
actualizado de obras paralizadas y su estado en toda la jurisdicción
y, en función de ello, evaluar los criterios a seguir".
En este sentido, la Ley modifica el artículo N° 1 de la Ley Nº 739
de Obras Paralizadas "para darle carácter permanente al Registro, el
cual originalmente contemplaba sólo las obras interrumpidas hasta el
31 de diciembre de 1999".
Además, la iniciativa adapta el artículo N° 4 de la Ley original con
el fin de que el Poder Ejecutivo remita informes técnicos a la
Legislatura dos veces por año - uno con cierre al 30 de junio y otro
al 31 de diciembre -, y no cada noventa días, "para establecer así
plazos más razonables y factibles", según indicó Muiños.
Esta iniciativa va de la mano con la Ley N° 2930 del Plan Urbano
Ambiental, que postula "la creación de una ciudad plural, saludable
y diversa", y cuyos objetivos "se refieren tanto a la mejora del
hábitat de los sectores sociales de menores ingresos, como a las
condiciones de calidad ambiental que debe guardar el hábitat
residencial en su conjunto”.